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El Sindicato de Prensa Rosario le pedirá al gobernador Bonfatti protección para el trabajo periodístico

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El caso de las ‘narcoamenazas’ a Germán de los Santos será planteado como lo que no puede volver a repetirse en resguardo del derecho a la información de la sociedad
El Sindicato de Prensa Rosario será recibido hoy por el gobernador de la provincia, Antonio Bonfatti, a quien nuestra institución planteará la profunda preocupación por las gravísimas amenazas recibidas por nuestro compañero, Germán de los Santos, periodista del diario La Nación, de El Litoral de la capital provincial y de Radio Dos. La reunión será, a las 14, en la sede local de la Gobernación.
Germán de los Santos recibió amenazas telefónicas la semana pasada y después del acto público realizado ayer, en plaza San Martín, con la consigna ‘Prensa unida contra las narco amenazas’, renovaremos las acciones en su respaldo, en defensa del trabajo periodístico y del derecho a la información de la sociedad. Cabe recordar que el caso de los Santos tuvo numerosos antecedentes de periodistas que fueron blancos de la inseguridad, víctimas de amedrentamientos y de diversas situaciones de violencia en las coberturas periodísticas que se realizan a diario.
Germán de los Santos fue amenazado en relación con su trabajo profesional, por las investigaciones que realizó sobre el accionar del narcotráfico en la ciudad y de los hechos de violencia ligados al control territorial por parte de las diversas bandas criminales.
Comisión de Libertad de Expresión y Formación Profesional
Sindicato de Prensa Rosario
Foto del acto de ayer, en Plaza San Martín, en repudio a las narcoamenazas

Por pedido de Cristina Fernández, retrasan el tratamiento de Argentina Digital

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El oficialismo busca más tiempo para pulir aspectos controversiales del proyecto oficial. Tenía que tratarse en el Senado la semana que viene pero se pasará para el 3 de diciembre. Revisarán el dictamen
Por: Ignacio Ortelli
Cristina decidió postergar una semana la aprobación del polémico proyecto Argentina Digital, cuyo debate en el recinto estaba previsto para el próximo miércoles pero que ahora será tratado el 3 de diciembre. Fuentes oficiales confirmaron a Clarín que se debió a “cuestiones políticas” y que la orden fue dada directamente por la Presidenta, que instó a hacer una exhaustiva revisión de la letra del dictamen, luego de que le advirtieran varias inconsistencias.
Si bien desde el bloque oficialista explicaron que la decisión fue por “temor” a que el feriado del lunes complicara el regreso de los legisladores desde sus provincias y eventualmente se corrieran riesgos para alcanzar el quórum, fuentes oficiales confirmaron que se debió a la necesidad de repensar la redacción de algunos artículos por diversas razones. Una de ellas es evitar una disputa con sindicatos afines al Gobierno. “Como quedó el dictamen, puede haber conflicto con los gremios. Por ejemplo, los trabajadores de TV por cable no dependerán más de industrias culturales y podrían quedar fuera de encuadre sindical”, explicó una fuente oficial, al referirse a la situación del gremio de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (SATSAID). También ocurriría algo similar con los empleados nucleados en el sindicato de las Telecomunicaciones (FOETRA). En el Gobierno quieren evitar una eventual disputa de poder con –y entre– ambos sectores.
El otro punto que llenó de dudas al Gobierno fue la colisión del proyecto con la ley de medios. Si bien fue denunciado desde distintos sectores, el oficialismo necesitó que las cooperativas alertaran sobre el tema para aceptar rediscutir y revisar la letra fina. “Hay que tener cuidado. Después de algunos cambios notamos que quedaron aspectos que terminan generando una mayor desigualdad y que chocan con artículos de la ley de medios. No vaya a ser cosa que nosotros mismos instalemos la necesidad de cambiarla (en alusión a la 26.522)”, justificó otra fuente oficial.
Reincorporada al trabajo, la Presidenta fue advertida de la situación y, antes de viajar al Sur, decidió postergar el tratamiento. “Seguramente se van a preparar cambios al dictamen que firmamos el miércoles”, admitió un legislador oficialista.
Con todo, ahora el kirchnerismo en el Senado tuvo que modificar la agenda y trazó una sesión para el miércoles 3 para debatir Argentina Digital y prepara otra para la semana siguiente, con otros temas.
Fuente: Diario Clarín

Violenta agresión a una fotógrafa

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Silvia Alderete, fotógrafa del diario El Siglo, fue golpeada y amenazada de muerte por el dueño de un edificio cuando cubría una noticia. Recibió golpes en el rostro y se desmayó.Repudio de la Asociación de Prensa de Tucumán
Desde la Asociación de Prensa de Tucumán se pronunció un fuerte repudio a la violenta agresión cometida contra la trabajadora de prensa Silvia Alderete por parte del dueño de un edificio de la ciudad de Concepción. Los golpes físicos y las amenazas verbales constituyen un grave atropello a la integridad humana de la reportera gráfica y a la libertad de prensa por lo que el gremio condena la violencia de género a la que ella fue sometida por realizar su trabajo resguardando el derecho a la ciudadanía a acceder a la información como un bien público.
El hecho ocurrió el martes pasado en una vivienda de la calle San Martín al 2550 de Concepción, cuando Alderete fue a cubrir una noticia sobre un ventiluz que se desprendió de un edificio de 12 pisos que cayó pesadamente en el jardín de entrada de una casa de familia que lindera con la edificación.
“Me avisaron los vecinos sobre este hecho y fui a cubrir la noticia. En ese mismo momento apareció el dueño del edificio, (Adrián) López, muy nervioso y violento y comenzó agredirme verbalmente. Seguí sacando fotos que te voy a meter cinco tiros y vas a amanecer muerta, me decía”, señaló la reportera.
Las cosas pasaron a mayores cuando López ingresó a la propiedad de la familia afectada, insultando también a la dueña de casa que se encuentra postrada en una silla de ruedas. López en un estado total de ira agredió físicamente a la periodista que en ese momento estaba cumpliendo con su tarea, tomándola del cuello y brazo y luego pegándole dos fuertes golpes de puño en el pómulo que le produjo un desvanecimiento.
Los vecinos del lugar llamaron a la policía quienes acudieron rápidamente y trasladaron a la reportera al hospital Regional Concepción, donde fue asistida por personal médico corroborando los golpes y marcas en el cuello, brazos, piernas y mandíbula, producto de la agresión sufrida.
La denuncia fue realizada en la comisaría de la ciudad y fue caratulada: “López Adrián lesiones y otros delitos” también se instruyó por parte de las víctimas a un abogado de realizar la denuncia correspondiente en la Justicia, desde la comisaría se giró las actuaciones a la Fiscalía Nº 1 del Centro Judicial Concepción para su investigación.

“Fue humillante”
“Defendía mis elementos de trabajo porque quería quitarme la máquina de foto y me tomaba de los brazos con ira mientras me golpeaba”, relató a Radio Prensa Silvia Alderete. El vínculo con el poder.
“Fue humillante todo. Defendía mis elementos de trabajo porque quería quitarme la máquina de foto y me tomaba de los brazos con ira mientras me golpeaba. Terminé en el hospital donde recibí una muy esmerada atención. A las 4 de la mañana me llevaron declarar donde recibí el mejor de los tratos posibles. La situación fue muy fea, rescato el trato del Estado en los lugares donde intervino”, relató la fotógrafa Silvia Alderete en diálogo con Radio Prensa, al quebrarse en llanto.
La fotoperiodista Silvia Alderete salía de misa (luego de haber sacado las fotos de las deficiencias de un edificio) y apareció Adrián López (foto) – supuesto dueño de dicho inmueble, ubicado en San Martín 2550- y comenzó a propinar agresiones verbales inicialmente y después pasó a las agresiones físicas.
El agresor (cuyo nombre reiteramos) Adrián López es hermano de la concejal de la ciudad de Concepción Estela López de Cheín que está lanzando un nuevo partido en La Perla del Sur, del que los periodistas aspiramos ver el explícito repudio.
Este hombre –de dudoso vínculo con la ley social- no solo amenazó y agredió sino que pareciera que siente que la impunidad está de su lado porque no lo detuvo ni siquiera el entorno familiar y social de la fotógrafa, ni los circunstanciales testigos que presenciaron la patética escena.
Silvia Alderete tomó fotos para visibilizar un hecho en el que un hombre cercano al poder había construido con deficiencias un edificio que casi ocasionó una tragedia. Eso fue el motivo de la represión de Adrián López.
Fuente: PrimeraFuente

El tutti frutti de ‘Argentina Digital’

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Por: Martín Becerra
Jorge Capitanich, Julio De Vido, Axel Kicillof y Norberto Berner
Con varias modificaciones, algunas importantes, el proyecto de ley de telecomunicaciones ‘Argentina Digital’ tuvo dictamen de comisión en el Senado y la próxima semana será aprobado por esa cámara; luego se tramitará en Diputados. Los cambios introducidos en el dictamen atenúan algunos de los grandes beneficios que prodigaba a los conglomerados telefónicos el proyecto original, aunque las amplias facultades delegadas en la reglamentación posterior, que tendrá a su cargo una autoridad de aplicación cuyos objetivos, composición y funciones el proyecto no define, impiden precisar cómo se lograrán las metas declamadas por la iniciativa.
Los cambios más destacables sobre la versión original del proyecto: prohíbe a las telefónicas brindar servicios de televisión satelital (DTH) pero franquea, con pocas exigencias, su despliegue en televisión por cable (y profana la vigente ley de servicios de comunicación audiovisual); declara que abogará por la protección de pequeños y medianos empresarios y cooperativas del sector TIC, aunque esto lo especificará la Autoridad de Aplicación a la que concede una versátil interpretación de casi todo el articulado; reintroduce la categoría de servicio público para la telefonía fija, omitida en la primera versión del texto; define los servicios TIC como un conjunto polimorfo que abarca compilación, procesamiento, almacenamiento y transporte de información ‘como voz, datos, texto, video e imágenes’ y ‘recursos, herramientas, equipos, programas informáticos, aplicaciones, redes y medios’, lo que comprende a indexadores como Google y a desarrolladores de aplicaciones, que deberán tramitar licencia; y consagra el concepto de neutralidad de la red aunque restringido por razones de ‘seguridad nacional’.
El proyecto es poco innovador en las atribuciones omnímodas para el Poder Ejecutivo (que dentro de un año tendrá otra composición): desde la intervención de la Comisión Nacional de Comunicaciones hace 12 años, tanto éste organismo responsable del control, como la Secretaría de Comunicaciones con mandato de aplicar normativa, tienen potestad en la regulación de un sector que, en ese lapso, incrementó su concentración, empeoró la calidad de los servicios y profundizó su extranjerización. En los últimos dos años la Secretaría de Comunicaciones comenzó a reconocer estos problemas estructurales. El proyecto no prevé autoridad de control alguna, ni tampoco dice cómo se complementará con la autoridad de aplicación colegiada que comparte responsabilidad sobre el radioespectro (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, AFSCA) para que la convergencia sea realizable en la gestión de gobierno.
La iniciativa insinúa el uso del fondo de servicio universal, constituido por el 1% de la facturación del sector y que supera los $ 2400 millones, como una suerte de subsidio hacia los actores más pequeños (PyMes y cooperativas), pero no aclara el alcance de esta medida ni sus reglas. Tampoco hay información sobre el modelo de gestión de la red de fibra óptica construida por el Estado con el programa ‘Argentina Conectada’.
El proyecto retoma la regulación de la interconexión e interoperabilidad de redes legalmente vigente desde el año 2000 pero nunca concretada. Ahora bien, la obligatoriedad de compartir redes (que no especifica cuándo se trata de ductos, de postes, etc.), a lo que se alude con la fórmula de ‘servicio público esencial en competencia’, no es taxativa en las distintas condiciones que deben cumplir operadores de desigual envergadura. Desagregar la red local es un paso necesario cuando se trata de conglomerados con posiciones dominantes e integración vertical, pero no en el caso de operadores pequeños. Además, como está redactado el dictamen, parte de la infraestructura de otros servicios, como los postes de las redes eléctricas, con este proyecto serán comprendidos como TIC.
Un aspecto crítico refiere a la noción difusa e imprecisa de ‘posición significativa de mercado que, si bien cuenta en el dictamen con orientaciones generales, no dispone parámetros para resguardar zonas de exclusión o lapsos transición que protejan a actores pequeños y medianos tanto en telecomunicaciones como en televisión por cable.
En las audiencias convocadas por el Senado (disponibles en su página web) se expresaron críticas de fondo y de forma a la iniciativa gubernamental. Algunas fueron contempladas para corregirla. No obstante, la autoridad de aplicación podrá rellenar todos los casilleros que el proyecto deja en blanco, como si fueran columnas de tutti frutti. Con esta ley, el Ejecutivo podrá moderar los altos niveles de concentración del estratégico sector de las comunicaciones, o podrá estimularlos; podrá exigir que los servicios mejoren, o continuar desatento a las pésimas prestaciones de los operadores; podrá proyectar un mercado nacional, o continuar su extranjerización; podrá aprovechar la convergencia tecnológica para modernizar infraestructuras y servicios, o podrá ralentizar el desarrollo.
Fuente: Diario El Cronista

El Sindicato de Prensa se reunió con Bonfatti por las amenazas a Germán de los Santos

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"Desde el Estado tenemos la responsabilidad de garantizar el trabajo periodístico", dijo Rubén Galassi, Ministro de Gobierno, tras la reunión en la sede de Gobierno local
Representantes del Sindicato de Prensa de Rosario y de Santa Fe se reunieron hoy con el gobernador de a provincia Antonio Bonfatti y los ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Rubén Galassi; y de Seguridad, Raúl Lamberto, para manifestarle su preocupación por las amenazas recibidas por el periodista rosarino Germán de los Santos, corresponsal del diario la Nación, luego de haber realizado notas sobre el narcotráfico en la ciudad de Rosario.
Tras el encuentro, realizado en la sede de Gobierno de Rosario, el ministro Galassi, señaló que “hubo coincidencia en cuanto a la necesidad de establecer pautas de trabajo en conjunto. Desde el Estado tenemos la responsabilidad de garantizar el trabajo periodístico –dijo- pero además, hay que asumir que estamos ante un problema delicado que abarca a todo el país, que existe en otros lugares del mundo y que se debe abordar seriamente, como se hace en los lugares en donde realmente se les está haciendo frente a las organizaciones criminales”.
Por su parte, el secretario general del Sindicato de Prensa Rosario, Edgardo Carmona, señaló en coincidencia con Galassi, que “irán viendo medidas de prevención que no afecten la libertad de informar, de trabajar y que brinden seguridad. Nosotros, hacia adentro, vamos a charlar con los compañeros sobre cómo mejorar nuestro proceso de producción, como no estar expuestos excesivamente, generar medidas protectivas para el ejercicio de nuestra tarea frente a un enemigo poderoso, y en nuestro país y nuestra región, inédito como amenaza”.
“Se planteó que es necesaria la coordinación con las fuerzas federales, pero que el gobierno asume la responsabilidad que le toca, de poner el cuerpo, trabajar y brindar la seguridad necesaria para que los trabajadores de prensa puedan realizar sus tareas. Es un camino largo y difícil pero que nosotros estamos dispuestos a asumir para que los compañeros no tengan que pasar por lo que ha pasado Germán, ni otros que han sido amenazados”, sentenció Carmona, quien estuvo acompañado por Alicia Simeoni y Florencia Sanjulián; y también Guilermo Acrich, de la Asociación de Prensa de Santa Fe.
Consultado sobre si en la reunión se definieron acciones específicas, Galassi indicó que “no se anunciarán públicamente, pero se adoptarán medidas de precaución que no impidan el normal desarrollo del trabajo periodístico y que, al mismo tiempo, brinden mayores garantías a esta tarea”.
“Sabemos que la coyuntura es difícil y que todos los días la realidad muestra una faceta dura –continuó Galassi-, lo asumimos y estamos trabajando en ese sentido. Si en Santa Fe no hubiese un trabajo serio y consecuente para afrontar este problema, muchas de las cosas que están pasando no sucederían, como las situaciones que ha padecido el propio gobernador y que ahora lamentablemente padece un periodista”, señaló en referencia a las amenazas recibidas por Germán de los Santos por su labor periodística.
“Esto también indica que hay un camino, que se está yendo a fondo con estos temas y quienes ven que se denuncia su accionar por parte de la prensa, pero también que se los combate con acciones de gobierno reaccionan de esta manera”, sostuvo el titular de Gobierno.
Al ser consultado por el rol del Poder Judicial, Galassi indicó que “hay competencias que son del fuero federal, como todo lo vinculado al narcotráfico, y se está trabajado en articulación con ese nivel, a la vez que se avanza con lo que hace a otros delitos que pueden ser juzgados desde la provincia”.
En tal sentido, recordó que “hace pocos meses se implementó en la provincia un nuevo sistema de justicia, que seguramente va a traer resultados. Tal vez hoy no podamos verlos con tanta claridad, pero no tengan duda de que hay un antes y un después del nuevo Sistema Procesal Penal, con lo juicios orales y públicos”, aseguró.
A modo de ejemplo, el ministro citó el caso del juicio por el triple crimen de Villa Moreno. “Si bien sucedió antes de que entrara en vigencia el nuevo sistema, se previó que en el caso de algunos delitos se pudieran juzgar en juicios orales y públicos, y hoy los periodistas y también la ciudadanía pueden verles las caras a los presuntos culpables de estos crímenes aberrantes. Es un avance que estas historias salgan a la luz y se sepa cómo se van a juzgar y cómo, eventualmente, se van a condenar. De esta manera, se aleja la sensación de impunidad que muchas veces tiene la ciudanía. Son avances que hemos dado en Santa Fe y que, no tengo dudas, van a traer mejores resultados”, concluyó.
Fuente: Diario La Capital

Los ingresos publicitarios en Internet alcanzarán a los de televisión en 2018

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Los ingresos publicitarios en Internet alcanzarán "niveles similares" la facturación publicitaria televisiva en el año 2018, llegando incluso a "estar en disposición de superarla", según una de las principales conclusiones del informe 'Entertainment and Media Outlook 2014-2018. España', elaborado por PriceWaterhouse Coopers (PwC)
Según destaca el informe, hace apenas cinco años, en 2009, la publicidad en Internet suponía 44.528 millones de euros, menos de la mitad que la publicidad en televisión, que facturaba en ese momento 100.216 millones de euros.
Sin embargo, el informe estima que la publicidad en Internet crecerá a un ritmo del 10,7% en los próximos cuatro años, para alcanzar un volumen de 147.663 millones de euros en 2018, "niveles muy similares" a los que facturará la publicidad televisiva. "Esto supone un importante punto de inflexión en el sector de la publicidad", ha explicado la compañía.
No obstante, "este hito global" tardará más tiempo en producirse en España, ya que "la fuerza del mass media es muy relevante". "Ningún anunciante que quiera llegar a públicos masivos podrá prescindir del soporte televisivo, de forma que la televisión mantendrá su predominio publicitario en España todavía durante algunos años más", ha matizado el informe.
En el caso concreto de España, tras unos años de continuos descensos de la inversión en publicidad en televisión, las perspectivas empiezan a ser positivas y, según muestran las previsiones, los próximos cinco años se espera un crecimiento de la facturación a un ritmo del 5%. Este porcentaje llevaría a unos niveles de ingresos por publicidad televisiva de 2.110 millones de euros en 2018.
En cualquier caso, esta cifra todavía es inferior a la que se registró en los años 2009 y 2010, cuando se superaron los 2.300 millones, pero "indica una clara recuperación". El estudio señala que la publicidad en la televisión en abierto seguirá siendo la principal fuente de ingresos del sector en España, que crecerá a un ritmo del 4,9% hasta los 2.082 millones de euros en 2018.
"Pero sin duda, de la tarta publicitaria televisiva total, el mayor crecimiento porcentual será el de la publicidad en la televisión online, que pasará de unos ingresos de 15 millones de euros en 2014 a los 28 millones de euros en 2018; un crecimiento anual compuesto del 18,9%", ha apuntado.
Asimismo, el informe destaca que los ingresos por publicidad van a superar el gasto directo que realizan los consumidores en el ámbito de lo digital. En este sentido resalta que en el año 2009, la publicidad digital era sólo el 14% del mercado publicitario total, mientras que en 2013 la cuota ha alcanzado el 25%.
Además, se espera que en 2018 se sitúe en el 33%, es decir, un tercio de la facturación publicitaria será digital. Este crecimiento contrasta con el que va a experimentar la publicidad no digital, que crecerá a una tasa del 1,9% hasta 2018.
En lo que a la televisión de pago se refiere, se prevé que los ingresos crezcan a una tasa del 3.5% a lo largo de los próximos cinco años. A ese ritmo se espera que los ingresos de este sector asciendan hasta los 179.102 millones de euros en 2018, frente a los 150.628 millones de euros registrados en 2013.
Fuente: Cibersur.com

AFSCA sigue con su relato y La Balsa, emisora pública de Rosario, no puede salir al aire

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FM La Balsa, emisora pública de Rosario, sigue sin poder salir al aire. Hay 2 emisoras emitiendo en la misma frecuencia adjudicada por AFSCA, en el 2011. Por el contrario, TelAm destaca que "desde que se promulgó la ley de medios, la AFSCA otorgó frecuencias de radios FM a 49 municipios"
La nueva ley de medios audiovisuales ordena, como primer paso, reservar las frecuencias a los municipios, después las asigna, luego las autoriza a funcionar y, finalmente, se otorga la habilitación definitiva.
El director de Autorizaciones y Licencias de la AFSCA, Nahuel Silva, afirmó hoy que este organismo autárquico otorgó autorizaciones de frecuencias de radios FM a 49 municipios argentinos desde que se promulgó la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual.
"La ley contempla en el artículo 89 la reserva de frecuencias de FM a los Estados municipales, mientras que los Estados provinciales también pueden acceder a radios AM y servicios de televisión abierta", precisó el directivo de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Silva comentó que "otros 67 gobiernos locales de distintas provincias ya habían sido autorizados a tener sus frecuencias de FM, otorgadas desde 1981 mediante la normativa del decreto presidencial, antes de la denominada Ley de Medios".
Entre estos 67 distritos se encuentran los partidos de Carlos Tejedor, General Alvarado, General La Madrid, La Plata, Pila y 25 de Mayo de la provincia de Buenos Aires.
La nueva ley de medios audiovisuales ordena, como primer paso, reservar las frecuencias a los municipios, después las asigna, luego las autoriza a funcionar y, finalmente, se otorga la habilitación definitiva.
En diálogo con TelAm, el directivo se refirió más adelante a las autorizaciones y licencias, al señalar que "en el primer caso tienen que ver con las que se otorgan para el Estado, tanto municipal, provincial como nacional, y en el segundo es para los privados".
"En el sector público estatal, el título habilitante que les permite funcionar a un medio de comunicación es la autorización, mientras que en el caso de los privados -con o sin fines de lucro- es la licencia", remarcó.
Asimismo, el funcionario destacó que "en 2011, la AFSCA reservó mediante distintas resoluciones del organismo frecuencias a 1132 municipios de diversas provincias, después de una planificación realizada conjuntamente con la Comisión Nacional de Comunicaciones".
"Se reserva la frecuencia, el canal de la frecuencia y los parámetros técnicos para que los municipios, cuando decidan poner en funcionamiento una FM, dispongan de un dial", subrayó.
Silva consideró que en este contexto "muchos municipios, al calor de la reglamentación de ese artículo de la Ley de Medios, iniciaron el proceso de autorización de su emisora".
"Radios como las de San Antonio de Areco, Ituzaingó, Marcos Paz y Mercedes lo que hacen es poner en uso las facultades que tienen para la regularización de sus frecuencias en el dial que estableció la AFSCA", explicó.
Según el titular de la Dirección de Autorizaciones y Licencias del organismo, "hay algunas emisoras que solicitan ese cambio de frecuencia, porque por ejemplo están funcionando desde hace muchos años con otras frecuencias y piden que se les respete la que siempre operaron, y si es factible técnicamente eso puede suceder".
"Las 1.132 frecuencias reservadas son asignaciones de espectro, dentro de las cuales hay una buena cantidad que ya inició su pedido formal y su trámite y otras que ya fueron autorizadas", informó.
Para la autorización de las emisoras, los municipios deben presentar una solicitud firmada por el intendente acompañada de una propuesta comunicacional que respete la pluralidad en cuanto a la cuota de producción local, nacional, propia y adquirida.
Por último, Silva dijo que "además deben presentar un proyecto de sustentabilidad, que no es más que una declaración jurada, en la que se sostiene que el municipio cuenta con recursos técnicos y económicos para mantener la emisora".
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue promulgada el 10 de octubre de 2009 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner después de haber sido aprobada en forma mayoritaria por el Congreso Nacional y en reemplazo de la Ley de Radiodifusión 22.285 impuesta en 1980 por la última dictadura cívico-militar.
Fuente: TelAm

En Rosario:
La intendenta Municipal, Mónica Fein, anunció en marzo del 2013, "que el próximo 1º de abril comenzará a transmitir la FM de la Municipalidad de Rosario, Radio La Balsa, 88.1 Mhz, primer medio de comunicación del municipio”, pensado como un espacio ideal para canalizar las expresiones artísticas y las producciones intelectuales de Rosario. La intendenta remarcó que, en sintonía con las políticas públicas que desarrolla el municipio, la emisora contará con espacios concursados, garantizando la multiplicidad de voces dentro de la programación. La emisora aún no consigue salir al aire, en la frecuencia otorgada transmite Antena 5 y en Villa Gobernador Gálvez la 88.1 retransmite FM Mega.
La emisora pública todavía no consiguió autorización para "subir la potencia otorgada" que es sola de 100 w, que en la ciudad, con más de 200 emisoras en el aire, solo alcanza para cubrir algunas manzanas.
NdE: Aclaran desde la emisora de Villa Gobernador Gálvez, límite sur de Rosario, que "sólo retransmitimos "Mega". Tambien tenemos contenidos locales, y nuestra cooperativa forma parte de la Fenarcom, ademas por resolucion AFSCA estamos en proceso de nacionalización previo a la licencia":
Fuente: Señales

ATVC: Argentina Digital sólo beneficia a telefónicas multinacionales


Radio y Televisión Santafesina tiene un primer director

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En la nutrida agenda que tuvo la Cámara de Diputados se aprobó el primer pliego de un miembro del directorio que administrará el sistema de radio y televisión provincial. La otra es la media sanción a un proyecto de ley para declarar delito e imponer sanciones a la reventa de entradas en espectáculos públicos principalmente deportivos.
En lo que parece ser un indicio de que el ministro de Gobierno, Rubén Galassi, podría finalmente darse el gusto y de contar con el servicio público de radio y televisión en aire en 2015, tal como ha manifestado en alguna oportunidad, los diputados del peronismo votaron el pliego de quien será su director en el órgano que regirá al sistema.
El elegido por los diputados de la primera minoría es el periodista de La Capital Carlos Colombo, de larga trayectoria y prestigio en la profesión y la docencia. Las dotes personales y profesionales del nuevo flamante funcionario hicieron que pliego fuera votado por unanimidad.
El sistema de radio y televisión santafesino estará regido por siete directores. Dos por cada Cámara legislativa, al presidente lo pondrá el Poder Ejecutivo de la provincia y al resto los gremios.
Fuente: Diario La Capital

Nicolás Maduro lanzó nuevo diario bajo el nombre de "Cuatro-F"

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Dice que hará 'una revolución en el periodismo político'. El nombre de la publicación recuerda el intento de golpe de Estado de Hugo Chávez
El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha puesto en circulación este domingo un nuevo periódico, Cuatro-F, que será su órgano oficial al estilo del Granma cubano, diario del Partido Comunista.
El periódico saldrá inicialmente de forma semanal en su versión impresa, aunque el chavimo espera expandir su publicación a frecuencia diaria el año próximo.
El nombre de la publicación recuerda la intentona golpista de Hugo Chávez, el 4 de febrero de 1992, que el Gobierno describe como una "rebelión cívico militar" contra "el gobierno neoliberal del presidente Carlos Andrés Pérez".
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que esa fecha es "día de parto de la nueva patria".
El mandatario visitó el sábado el Complejo Editorial Alfredo Maneiro, en Caracas, para presenciar la impresión del primer número del periódico, informó la estatal Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
Dijo que Cuatro-F será una herramienta para "profundizar la conciencia revolucionaria y socialista del pueblo venezolano". No aclaró si el semanario pasará por las mismas crisis de escasez de papel que sufren muchas publicaciones impresas, y que algunos analistas y profesionales del sector han considerado parte de las presiones del Gobierno para doblegar a medios críticos.
"Esta naciendo el periódico que va a hacer una revolución en el periodismo político, social, cultural, nacional e internacional en nuestro país. Nuevo periodismo revolucionario", dijo Maduro.
Cuatro-F "va a hacer historia en la construcción de la patria, de la libertad, de la independencia y del socialismo venezolano. Esto lo hacemos para la construcción de la conciencia crítica y revolucionaria del pueblo de Venezuela", añadió.
Por su parte, el vicepresidente de la Comisión de Agitación, Propaganda y Comunicación del (PSUV), Ernesto Villegas, dijo que el periódico apunta a la consolidación del "proceso revolucionario" desde el ámbito comunicacional.
"Este periódico llegará a todos los rincones para hacer la revolución en todos los espacios, llevando la verdad y la opinión transparente de los revolucionarios de Venezuela", dijo Villegas.
Dejó claro que la intención es una publicación parcializada, que sirva a los intereses del chavismo, pese a que ya el Gobierno controla parte importante de los medios del país.
"No nos escudamos en pretexto de imparcialidad, de objetividad; no, aquí está una visión revolucionaria, bolivariana, antiimperialista y profundamente chavista que va a derrotar la maquinaria de la mentira", afirmó.
Maduro pidió a las llamadas Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCh), los Círculos de Lucha Popular y otras agrupaciones chavistas "convertirse en pregones, llevar el periódico de la revolución a todas partes del país para que sea un instrumento organizativo de la gran fuerza mayoritaria".
El primer número de Cuatro-F lleva en portada el titular "El PSUV se organiza y elige", referido a las elecciones internas del partido que se realizan este domingo.
Imágenes: @NicolasMaduro
Fuente: DDC

Leila Guerriero: Un periodista es una persona que va al territorio, busca, mira, husmea

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"Yo no tengo dios, pero, si tuviera, le pediría: sálvame
Salvame de la confusión de suponer que me recordarán por siempre.
Salvame de la tentación de pensar que lo que escribiré mañana será mejor que lo que escribí ayer.
Salvame de necesitar la mirada de otros.
Salvame de ambicionar el camino de los otros.
No me salves de mí.
De todo lo demás: salvame". (Zona de Obras. Ed. Círculo de Tiza)
Por: Guillermo Rodríguez, Guillermo.Rodriguez@huffingtonpost.es
La primera sensación es una mezcla de desasosiego y pequeñez.
Pequeñez porque uno entrevista a la periodista Leila Guerriero, autora de uno de esos libros que te agitan, reordenan tu cabeza y estimulan la búsqueda de la excelencia en tu trabajo. Zona de obras es una recopilación de textos sobre periodismo. Del Periodismo en mayúsculas. Ese que se practica con tiempo, pisando suelo, convirtiéndose en una sombra silenciosa que pregunta. Y pregunta. Y vuelve a preguntar.
Y desasosiego porque, una vez leído el libro, lo último que se le pasa al periodista por la cabeza es realizar la entrevista por correo electrónico. Un sistema que impide repreguntar o incidir sobre un tema que en principio no parecía tan importante y que la propia conversación alienta a priorizar. Es lo que hay. Y en peores nos hemos visto.

¿Quién es Leila Guerriero?
No me gusta hablar en tercera persona mayestática. Yo diría que soy periodista. Por lo demás, a grandes rasgos, leo mucho, soy curiosa, discreta, no soy obediente, trato de vivir sin jorobarle la vida al prójimo, y me importa, en grado sumo, y por sobre todas las cosas, mi libertad.

¿Qué es para usted escribir bien?
Producir, en el lector, un estado de trance, de separación y borramiento del mundo. Lograr meter a quien está leyendo en una burbuja donde nada más existe, salvo eso que sucede en las páginas.

¿Hasta qué punto el periodista es (o debería ser) un narrador de historias?
Creo que la vocación periodística parte de ahí, ¿no? De querer contar una historia, de querer compartir algo que uno ve –en primerísimo plano- con otra gente –que no tiene la posibilidad de verlo desde tan cerca-. Eso no quiere decir que uno sea un “cuentero”, en el sentido argentino del término: alguien que fabula o inventa. Y tampoco quiere decir que uno deba preocuparse sólo o sobre todo por la forma en que va a contar una historia. Un periodista debe ser, antes que nada, una persona que reportea, va al territorio, busca, mira, husmea. Sólo después empieza a pensar en términos de estilo, voz, tono, estructura, forma.

¿Por qué esas referencias constantes a Martín Caparrós en el ámbito del periodismo?
La respuesta es un poco obvia: porque me parece un gran periodista. Es alguien con una mirada muy original, muy lúcida, que suele echar una luz nueva incluso sobre cosas que han sido muy repasadas. Tiene enorme capacidad de reporteo, un gran sistema de referencias –políticas, culturales, históricas- que enriquecen su mirada, y es un autor con una pluma exquisita y una diversidad de recursos narrativos asombrosa. Para mí siempre ha sido no sólo un referente sino una inspiración. Recurro a menudo a sus textos periodísticos para ver cómo resolvió tal o cual situación, cómo abordó tal o cual historia, cómo hizo para hacer un perfil de tal o cual persona.

También menciona en varios artículos a Rodolfo Walsh. ¿Cree que periodismo y militancia política son compatibles?
Su trabajo periodístico es admirable y de un grado de modernidad increíble. Es muy difícil hacer lo que hizo Walsh en su momento: inventar un modo, una manera. De todos modos, no acuerdo del todo con su forma de pensar el periodismo. Él, por ejemplo, añoraba consagrarse con una gran novela, con una obra de ficción, aunque ya había escrito una obra potente y sólida de no ficción. Yo creo que el periodismo vale la pena por sí mismo, que no hay que ir a buscar consagraciones ni validaciones a otros géneros. Por otra parte, Walsh tenía una concepción del periodismo como fuerza transformadora de la realidad que no es la mía.
No sé si podría decir que el periodismo y la militancia son incompatibles. Aun cuando uno no esté afiliado a un partido político, siempre hace todo –periodismo incluido- a partir de una concepción política, cultural, social. No somos seres separados del mundo por una capa de antibióticos capaces de eliminar toda ideología como si la ideología fuera un bicho. Pero quizás las cuestiones de la militancia partidaria deberían quedar acotadas al terreno de la opinión editorial. La militancia implica a veces, no siempre, unas ideas muy tozudas en torno a algunas cosas, y eso choca con el intento que hace uno, como periodista, de no ir a la realidad a confirmar un prejuicio, de abordarla desde una subjetividad honesta.
Pero si uno tiene una convicción acerca de ciertas ideas –y los periodistas solemos tenerla-, no hay ningún motivo para pensar que eso no se va a colar en la mirada. Puede y debe y va a colarse. Eso es lo que transforma a alguien en un autor con voz y mirada propia.

En 2005 el periodista Jon Lee Anderson desveló que escribe no más de seis historias al año para The New Yorker. ¿Este tipo de periodismo tiene sentido en la realidad actual?
Sí, yo creo que sí, que tiene todo el sentido. Las historias que intentan contarnos el mundo en toda su complejidad y contradicción son necesarias. Igual que las noticias, los cables de agencia, etcétera. Pero no creo que “la realidad actual” no necesite de esas historias. Sería como pensar que “la realidad actual” ya no necesita de las novelas largas, o de la poesía, o de las películas de Martin Scorsese. ¿Por qué sería así? Si aceptamos que el periodismo bien hecho puede ser una forma inmejorable de contar el mundo para tratar de entenderlo, ¿por qué vamos a decretar que “la realidad actual” ya no necesita esas historias? Eso sería como decir que todo el mundo, de pronto, se ha vuelto tonto y superficial, y yo no creo eso. Pero la gente que lee esas historias nunca ha sido muchísima. Los lectores de En busca del tiempo perdido, por ejemplo, deben representar un porcentaje ínfimo de la población mundial ¿Y entonces vamos a decir que “la realidad actual” ya no necesita de Proust?

¿Tiene el periódico de papel los días contados?
Yo creo que no, pero la verdad es que a estas alturas los que decimos que no y los que dicen que sí no respondemos tanto a datos de la realidad como a distintas expresiones de deseo (y, en algunos casos, a cuadros depresivos). Es un momento, como todos los momentos de cambio, de mucha confusión, y cualquier vaticinio me parece un poco vano. Deberíamos estar preocupándonos por intentar hacerlo asquerosamente bien, cosa en torno a la que veo muy poca preocupación, antes de estar devanándonos los sesos por si lo vamos a hacer en papel o en digital o en una suela de zapato. Además, ¿por qué esa insistencia en creer que lo digital va a ser el último estadío de la evolución? En cincuenta años, internet va a ser el equivalente a los discos de vinilo. Sin embargo, estamos convencidos de que el futuro es esto y que lo que venga va a ser igual pero con leves variaciones en la velocidad de navegación y descarga. Tenemos una mirada absurdamente cortoplacista en términos de formatos. El contenido es lo que prevalece, y sin embargo casi no pensamos en él.

¿Cree que el mejor periodismo puede leerse en los diarios de papel o en Internet?
Creo que en ambos soportes hay buen periodismo. Me parece que estamos equivocando la discusión, pensando más en el soporte, en la plataforma, que en el contenido.

¿Qué hay que hacer para poder vivir de escribir de lo que a uno realmente le interesa? ¿Es posible?
Creo que ningún periodista puede vivir de escribir todo el tiempo sólo de aquello que le interesa. Hay una frase de Juan Gelman, que dice algo así como “no dije todo lo que pensaba, pero todo lo que dije lo pensaba”. Ese es el punto. En general, todos los trabajos implican un margen de negociación entre lo ideal y lo posible. El problema es cuando uno jamás llega a escribir lo que realmente le interesa, y entonces no puede construir una voz propia, una mirada, un estilo. Yo creo que en este oficio, como en cualquier otro, uno tiene la posibilidad de elegir, y que, entre la espada y la pared, siempre puede elegir la espada. En 1996 yo era una periodista más o menos novata –había empezado en 1991-, no tenía un trabajo fijo y vivía, como todos los colegas en mi misma circunstancia, a salto de mata. Había publicado algunos artículos en la revista dominical del periódico La Nación, que habían gustado mucho, y me ofrecieron entrar en la zona caliente del diario, en Información General.
Recuerdo que me reuní con un editor en un bar, me hizo la propuesta y le dije que no. Le dije que yo no sólo no sabía hacer ese trabajo –no tengo la rapidez que hace falta ni las garras de sabueso con reflejos impecables que necesita un periodista de esa naturaleza- sino que lo mío, en el periodismo, no iba por ahí. Que yo quería hacer otra cosa. El entendió y yo volví a casa angustiada, porque había rechazado un gran trabajo en el segundo periódico más importante del país. Unos días más tarde, me llamaron y me ofrecieron un trabajo como redactora en la revista dominical del diario. Lo acepté y permanecí allí hasta 2009. Lo que digo es que no sé si siempre se puede escribir lo que a uno le interesa, pero sí se puede elegir, y elegir implica riesgo y renuncia.
Y también quisiera agregar que, para hacer lo que uno quiere hacer, hacen falta tesón, tozudez, prepotencia de trabajo (como decía Roberto Arlt), disciplina -esa palabra tan denostada y a la que yo le tengo un enorme respeto- y la convicción de que nadie va a venir a ofrecernos espacio y tiempo y temas estupendos en bandeja: que vamos a tener que pelear para obtenerlos.
Más allá de eso, a mí no me interesa escribir sólo de aquellas cosas que, para ser redundante, me interesan. También me gusta escribir sobre temas que a veces me proponen y que implican un enorme desafío, porque me incomodan, o porque a priori no encuentro una manera sencilla de abordarlos. Ponerse en una zona de desafío o incomodidad es muy saludable.

En varios de sus artículos destaca que escribir es lo más parecido a una ‘tortura’. ¿Realmente no encuentra placer cuando se pone delante del ordenador?
Me parece que la idea de placer asociada a la escritura está sobrevalorada, y hace que mucha gente fracase en el intento. No todo el mundo se enfrenta de la misma manera al momento de escribir. En mi caso, es una mezcla. Los primeros días –o las primeras horas, si se trata de una columna más corta- son de desconcierto, agobio, agotamiento. Quiero estar en cualquier parte menos allí. Hacia el final, cuando el texto ya dejó de ser una masa informe, cuando se trata de acomodar y pulir piezas, sí, lo disfruto más. Pero creo que escribo para llegar al resultado final. O, como dice un amigo peruano, escribo para terminar de escribir. Algunos textos –como Arbitraria, o El taller, dos columnas que se incluyen en Zona de obras- salen de manera muy fácil, como si uno los hubiera transportado dentro de sí durante mucho tiempo. Pero son muy escasas las oportunidades en las que eso sucede, y si uno va a esperar esos estados casi de trance para escribir, puede morirse sin haber escrito más de dos cosas.

¿Qué medio de comunicación actual reúne, a su juicio, los mejores textos periodísticos?
El de toda la vida: Frankenstein. O sea, un medio que uno arma con lecturas y retazos de todos los medios. Pero eso no es de ahora. Para mí siempre fue así. En una época compraba, por poner un ejemplo, un diario económico, El cronista comercial, porque su suplemento cultural era imbatible. En otra, compraba el Clarín para leer una historieta fabulosa que era un reflejo de la porteñidad de aquellos días, El loco Chávez, que dibujaba el genial Horacio Altuna. Yo leo mucha prensa, sobre todo de España y de América latina. Como sucedía en los ochenta y los setenta y los noventa y los dos mil, creo que si uno es un lector curioso y ávido el mejor medio es el que uno arma con los reportajes de aquí, las columnas de allá, las noticias de varias partes.

¿Por qué no usa Twitter?
Mi lugar de trabajo y mi lugar de conexión a internet coinciden en el mismo espacio: la computadora. No tengo twitter porque no necesito más distracciones de las que ya tengo a la hora de sentarme a escribir. Pero la principal razón es que no tengo ninguna necesidad de decir cosas todo el tiempo. Esta especie de hemorragia comunicacional que atravesamos me parece adolescente y agotadora. Yo escribo artículos, cada tanto publico un libro, tengo una columna mensual en la revista Sábado, de El mercurio, de Chile, y otra semanal en El País, de España. No tengo mucho más para decir. Lo que digo ya me parece suficiente y hasta demasiado.

El periodismo cultural no existe, o los calcetines del pianista
Por: Leila Guerriero
La primera cosa en la que pensé cuando me invitaron a dar esta conferencia fue en aquella frase del director de cine François Truffaut que decía no haber conocido a na­die que, de niño, hubiera querido ser crítico de cine. La se­gunda cosa en la que pensé fue en que, tan difícil como encontrar a alguien que, de niño, haya querido ser crítico de cine es encontrar a alguien que, de niño, haya querido ser periodista cultural. La tercera cosa en la que pensé fue una frase, y esa frase fue: “El periodismo cultural no exis­te”. La cuarta cosa en la que pensé fue un comentario a todo lo anterior. Ese comentario fue: qué suerte.
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Me pidieron que hablara, aquí, de la conexión entre los géneros periodísticos narrativos y la información cultu­ral. Eso, traducido, quiere decir que debería preguntarme acerca de la pertinencia de emplear recursos tales como la creación de escenas, el uso del suspenso o el flujo de con­ciencia para escribir sobre el último premio Planeta, las virtudes del kindle o la muerte de un escritor. O, puesto de otro modo, que debería preguntarme si la calidad y el empeño que ponemos a la hora de escribir sobre aque­llos temas que podrían clasificarse como culturales son la misma calidad y el mismo empeño que ponemos a la hora de escribir sobre los ovnis, las FARC, Ciudad Juárez o los migrantes que nunca llegan a su tierra prometida.
Lo primero que hice fue pensar en aquellas cuatro frases.
Lo segundo que hice fue pensar en mi colección de re­cortes.
Pero de eso voy a hablarles después.
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Desde 1991 y hasta hoy, en suplementos y revistas de in­tereses más y menos amplios, he escrito sobre cuestiones relacionadas con todo aquello que podría llamarse cultu­ra: la obra y la vida de escritores, fotógrafos, dibujantes, poetas, cineastas, la crisis editorial, la relación entre los ríos y la literatura. Pero, a pesar de eso y quizás porque he escrito también sobre envenenadoras, suicidas, matarifes, millonarios, proxenetas, jamás me vi a mí misma como una periodista cultural, ni pensé que escribir sobre un ci­neasta requiriera aptitudes radicalmente distintas a las que requiere hacerlo sobre un asesino.
A lo mejor es porque vengo de un país donde siem­pre estuvo todo mezclado. Un país donde escritores como el argentino Roberto Arlt o el cubano José Martí envia­ban a periódicos como El Mundo o La Nación crónicas que hablaban tanto de Somerseth Maugham como de la muerte de Jesse James o de la construcción del Puente de Brooklyn. Un país donde un cuentista y traductor lla­mado Rodolfo Walsh escribió un libro llamado Operación Masacre donde contaba una matanza de civiles por parte del Estado, pero que, antes y después, despachaba artícu­los sobre Ambrose Bierce, la literatura policial o una co­lonia de japoneses en la provincia de Misiones. Un país donde periodistas como Martín Caparrós o Tomás Eloy Martínez escribieron sobre fútbol, series de tele­visión, ecología, economía, los delirios guerreros de Bush, la vida de Saint-John Perse o una masacre de obre­ros en la Patagonia. A lo mejor por eso pienso que el pe­riodismo cultural no existe, y que los mejores periodistas culturales son aquellos que pueden escribir sobre cual­quier cosa.
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En su columna del mes de enero de 2011, publicada en la revista colombiana El Malpensante, y titulada ‘Brevísimo manual para jóvenes editores’, la editora chilena Andrea Palet decía: “Supongo que sabes quién es Andrew Wylie (...) Supongo que lees sesenta, ochenta, cien libros al año. Supongo que se entiende la idea. La única herramienta del editor es su cabeza, pero debe estar bien amueblada, y eso no se consigue únicamente con literatura, sino con una curiosidad interminable”. Supongo, parafraseando a Palet, que se entiende la idea. Supongo que un periodis­ta que trabaja en el área cultural escuchó hablar de Andy Warhol, no necesita que nadie le explique la diferencia entre Tom Wolfe y Tobías Wolf, y sabe que Roberto Gó­mez Bolaños no es el autor de una novela llamada Los de­tectives salvajes. Subiendo en el grado de sofisticación, ese periodista podrá saber, o no, quiénes son Louise Bour­geois o Péter Esterházy, pero no debería ignorar quién es, por decir algo, Octavio Paz (aunque un periodista depor­tivo tampoco debería ignorar quién es Octavio Paz, así como un periodista cultural no debería ignorar qué es el Barça) y, ante todo, debería entender que su única herra­mienta es una cabeza bien amueblada, amoblamiento que no se consigue a fuerza de literatura, sino de una curio­sidad interminable. Lo que quiero decir es que, quizás, el periodismo cultural pueda definirse por cierta temática, pero que, como todo periodismo, debería tener la inten­ción, modesta y desmesurada, de mostrarle al lector un universo desconocido. Y que, como todo periodismo, no debería estar hecho para cambiar el mundo, pero tampo­co para producir indiferencia.
Por eso quiero hablarles de mi colección de recortes.
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Pero antes quisiera recordar lo que el ensayista mexicano Gabriel Zaid escribió, en 2006, en un artículo llamado ‘Periodismo cultural’. Allí Zaid se preguntaba: “¿Qué es un acontecimiento cultural? ¿De qué debería informar el periodismo cultural? Lo dijo Ezra Pound: la noticia está en el poema, en lo que sucede en el poema (...) Pero informar sobre este acontecer requiere un reportero ca­paz de entender lo que sucede en un poema, en un cua­dro, en una sonata; de igual manera que informar sobre un acto político requiere un reportero capaz de entender el juego político: qué está pasando, qué sentido tiene, a qué juegan Fulano y Mengano, por qué hacen esto y no aquello. Los mejores periódicos tienen reporteros y ana­listas capaces de relatar y analizar estos acontecimientos, situándolos en su contexto político, legal, histórico. Pero sus periodistas culturales no informan sobre lo que dijo el piano maravillosamente (o no) (...) Informan sobre los calcetines del pianista”.
Yo, con el perdón de Zaid, creo que, en efecto, todo buen periodista debe ser capaz de entender lo que dijo el piano, pero también de entender cuándo es necesario in­formar sobre los calcetines del pianista.
Preguntarle a la cineasta argentina Lucrecia Martel por un accidente automovilístico del que conserva un re­cuerdo dulcísimo me ayudó a establecer un nexo entre su vida cotidiana y cierta recurrencia con la doble natura­leza de las cosas que aparece en su cine, pero fue porque hablamos de su abuela, que le contaba cuentos de horror, y de su madre, que la dejaba ir al colegio disfrazada de cowboy, que empecé a entender el imaginario, tan crudo como infantil, con el que construye su obra. Ir en el asien­to del acompañante del auto de la artista plástica Mar­ta Minujín, ver cómo rozaba espejos retrovisores de otros autos y avanzaba entre frenazos mientras llamaba por te­léfono a su taller diciendo “ya llego, ya llego, búsquenme un lugar para estacionar”, convencida, además, de que lo estaba haciendo impecablemente bien, me permitió ver cómo, incluso en esas circunstancias, permanecía enaje­nada, metida en el mundo lúcido, pero autista y fragmen­tado, desde el que trabaja.
¿Qué sería del perfil que el periodista colombia­no Alberto Salcedo Ramos escribió de Emiliano Zule­ta, cantante y compositor de vallenatos, sin los párrafos de arranque que insinúan que, pese a los recaudos de la familia, sus amigos le pasaban alcohol de contrabando, para terminar con esta frase majestuosa de Zuleta: “A mí el cuerpo siempre me ha pedido que le dé ron, música y mujer. Y a un cuerpo que ha sido tan servicial y volunta­rioso, yo no podría negarle lo que me pide”; qué sería del perfil de Plácido Domingo que hizo el argentino Rober­to Herrscher sin la escena en la que Domingo toma a su nieta de la mano y le dice, la noche de su cumpleaños nú­mero setenta que se festeja en el Teatro Real de Madrid con la presencia de su española majestad: “¿Quieres venir conmigo a ver a la Reina?”.
Si bien es verdad que un periodista debe informar so­bre lo que el piano dijo, la diferencia entre un texto ano­dino y un texto superior reside en la capacidad de ese periodista para entender cuándo es momento de abrir el cuadro y enfocar, además del piano, los calcetines del pianista.
Y, sin embargo, la especialización cotiza alto en los foros y encuentros en los que se discute el periodismo cultural. ¿Notas mal escritas? Se solucionan con espe­cialización. ¿Notas aburridas? Se desinfectan con especia­lización. ¿Notas tapadas de lugares comunes? Se destapan con especialización. Y, me disculpan, yo creo precisamen­te lo contrario.
Leonardo Faccio es un periodista argentino que vive en Barcelona. Su proximidad con el fútbol es sólo geográ­fica: vive a dos cuadras del Camp Nou. Por lo demás, no es periodista deportivo, ni entusiasta del fútbol, ni lejano fan. Sin embargo, en el año 2010 publicó un perfil de Lio­nel Messi en la revista peruana Etiqueta Negra que resultó ser el mejor perfil de Messi jamás escrito. Con un profe­sionalismo fuera de escala, todo lo que los periodistas es­pecializados señalaban como un escollo –el mutismo de Messi, su parquedad, su actitud distraída–, fue la piedra sobre la que Faccio construyó el perfil: rodeó a Messi con testimonios de familiares, novias y amigos y esparció rá­fagas de ese comportamiento monótono y enfurruñado que contradice o comenta los testimonios que consiguió. Meses atrás, una editorial le propuso escribir una biogra­fía de Messi, cosa que Faccio está haciendo aunque siga sin saber un pepino de fútbol. Hace algunos días, desde Barcelona, decía por mail: “Creo que fue justamente esa inmuidad pasional la que, en parte, me ha ayudado para trabajar el perfil de Messi, a centrarme en lo humano, sin importar demasiado si era futbolista o rockero”.
En una columna publicada en el diario Perfil en 2008, el escritor y periodista argentino Maximiliano Tomas ci­taba a la escritora, poeta y periodista española Mercedes Cebrián, quien decía: “Creo en la dispersión como un va­lor y no como un inconveniente, así que considero que el periodista cultural ha de ser disperso por naturaleza. Ante todo, debe desarrollar una mirada escudriñadora y fijar­se en los pequeños detalles, en lo ‘infraordinario’, como diría Georges Perec”. Amelia Castilla, editora del suple­mento Babelia, periodista formada durante treinta años en las páginas culturales de ese diario, dijo, en una entre­vista de 2011 publicada en un diario de La Paz, Bolivia, que: “Un periodista cultural no debe ser distinto a los de otras áreas (...) Un periodista trabaja de la misma manera en cualquier área, ya sea policial, sucesos o ciudad”.
Un periodista es, más que un especialista, un renacen­tista modesto, un experto en todas las cosas, pero de una cosa por vez. Hace unos años entrevisté al pintor argen­tino Guillermo Kuitca. Yo no era, ni soy, ni seré, una ex­perta en pintura contemporánea, pero me transformé en una experta ocasional: en Kuitca, en sus influencias, en la pintura contemporánea. Pasé días en su taller haciéndole preguntas sobre su obra pero, también, preguntándole co­sas como: “¿De qué trabaja tu padre?”, o “¿Qué mirás en la televisión?”, o “¿Por qué nunca salís de tu casa los do­mingos a la tarde?”. Almorcé con él, lo vi pintar, respon­der mails, reírse de sí mismo, ir a un museo y, finalmente, escribí el retrato de un hombre que es producto de un pa­sado, de unos padres, de unos amores, de unas desilusio­nes, de unos amigos y que, sobre todo, pinta. La gente es mucho más que aquello que hace –un escritor es mucho más que un hombre que escribe–, pero, hundidos en las cenagosas aguas de la especialización, solemos perderlo de vista.
Una mirada capaz de hacer cruces entre diversas dis­ciplinas, relacionar un cuadro con una crisis económica o un gesto artístico con una obsesión, no se cultiva toman­do cursos de poesía metafísica, sino abriendo el campo y aprendiendo a mirar. La especialización suele produ­cir textos endogámicos en los que Antonio López es un pintor que acaba de inaugurar una muestra en el Museo Thyssen y nada más, y Damien Hirst un tipo que anda por ahí cortando animales y sumergiéndolos en piscinas repletas de formol y nada más. Miradas ciegas para las que escritores, pintores, músicos o escultores no son per­sonas razonablemente tristes, razonablemente alegres o razonablemente egomaníacas, sino maquetas de sí mis­mos. Pianistas con los calcetines fuera de cuadro o, lo que es lo mismo, protagonistas de textos que olvidaremos an­tes de leer.
Lo que me lleva a pensar, una vez más, en mi colección de recortes.
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Pero antes quisiera decir que siempre parece más fácil en­contrar un costado interesante en un pintor o un escenó­grafo que, digamos, en el recital de poesía de las Damas Católicas de Palermo. Siguiendo el mismo argumento uno podría pensar que no se puede escribir nada bueno sobre el Festival Anual de la Langosta en Maine, Estados Unidos, y sin embargo allá fue el escritor y periodista nor­teamericano David Foster Wallace y escribió un texto so­bre esa feria que es, también, una disquisición acerca de lo que sufren, o no, las langostas al ser arrojadas vivas en una olla de agua hirviendo y una exploración de lo que esta­mos dispuestos a aceptar a cambio de obtener placer. Todo lo que hizo Foster Wallace, además de escribir asquerosa­mente bien, fue encontrar un punto de vista adecuado. Si Arquímedes dijo: “Denme un punto de apoyo y moveré el mundo", los periodistas deberíamos repetir “Denme tiem­po para encontrar un punto de vista y escribiré un texto”.
El año pasado el suplemento Babelia, del diario El País, de España, me pidió una nota sobre el idioma es­pañol. La indicación era muy general: un texto sobre el español, sus parecidos, su evolución, sus diferencias. Es­tuve horas repasando páginas de congresos de la lengua e institutos cervantes y lo único que logré fue acomple­jarme: todo lo que se podía decir sobre el español ya es­taba dicho y por voces bastante más autorizadas que la mía. Estuve un par de días pensando qué podía agregar a todo eso, hasta que volví sobre mis pasos y me di cuenta de que, en todo lo que había leído, flotaba un optimismo arrebatado: varios especialistas repetían, golpeándose el pecho, que el español avanzaba imparable y que, como muestra de eso, en el año 2050 los Estados Unidos serían la primera nación hispanohablante del mundo. Entonces me pregunté: ¿qué es una lengua? ¿Una competencia por ver quién la tiene más larga? ¿Por qué nos pone tan con­tentos que las palabras se comporten como se comporta­ron los conquistadores? Y, Si una lengua conquista, ¿qué cosas conquista: una forma de pensar o una manera de decir “te quiero”? Y, en ese universo en el que más, mejor, más lejos parecía la norma, ¿quiénes eran los herederos desinteresados de la lengua? Y me dije: los poetas. En­tonces llamé por teléfono al poeta chileno Raúl Zurita que, un día de octubre, me dijo esto: “No hay que pen­sar tanto en cuántos hablan un idioma, sino de qué ha­blan en ese idioma. Y de eso, de qué se habla, nadie está diciendo nada”. El fraseo ahogado de Zurita me dio un punto de apoyo y lo que había sido un árido desierto de filología se transformó en el paisaje frondoso de cada una de todas las palabras del idioma. Así, bien, mal o peor, armé un artículo que tenía una estructura de párrafos du­ros llenos de porcentajes, datos, testimonios, y párrafos más suaves que se interponían como un mantra retóri­co y se preguntaban cosas como estas: “¿Qué es una len­gua? ¿Sus diccionarios, su gramática? ¿Las mamacitas de los mercados que vocean los fríjoles, los frijoles, los fréjo­les? ¿Los mensajes de texto? ¿Las tres palabras necesarias para decir ‘esto me importa’ o ‘no te vayas’?”, intentando que las derivas lingüísticas que importan sólo a algunos mutaran en el modesto diccionario que nos sucede, todos los días, a todos.
Lo que me lleva a pensar, otra vez, en mi colección de recortes.
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Pero quisiera leerles, ahora, el arranque de un texto lla­mado El mesías lunático, firmado por el escritor argentino Alan Pauls, que dice así: “A mediados de 1976, los her­manos Taviani discutían en su pequeña oficina romana los detalles de la película que tenían entre manos –Padre padrone–, cuando la ronca exhalación de un motor que se acercaba, ligeramente desafinado, los obligó a callarse. Se acercaron a la ventana: vieron una vieja Vespa blanca es­tacionada frente a la oficina y a un hombre alto, extraor­dinariamente flaco, vestido con unos raídos pantalones de pana, que caminaba hacia ellos con el casco puesto y los trancos largos y ciegos de un sonámbulo. Por un momen­to, un poco inquietos, los Taviani alentaron la esperanza de que la visita no fuera para ellos. Pero el timbre sonó, sonó una, dos, tres veces, insistente y sonámbulo, y Paolo –el más aplomado de los dos: casi veinticinco años des­pués, Vittorio confiesa que él había propuesto que se que­daran en silencio, fingiendo que no había nadie en la ofi­cina– abrió la puerta, y el hombre entró y les estrechó la mano durante un largo rato, con una gravedad un poco pasada de moda o burlándose, y sin decir una palabra se sentó ante el escritorio, en la silla de Paolo, de modo que Paolo, después de cerrar la puerta, fue hasta el escritorio y se quedó de pie junto a Vittorio –sólo había dos sillas en la oficina–, posición en la que tuvo que permanecer los quince minutos que duró la visita del desconocido.
—Soy Nanni Moretti –dijo.
(...) Los Taviani no recuerdan muy bien de qué habla­ron. Recuerdan que Moretti habló, habló y habló y que ellos escucharon. Quería trabajar con ellos en su próxi­ma película. De meritorio, de eléctrico: de cualquier cosa. Había hecho un par de cortos en super 8 que podía mos­trarles, si querían. Nada demasiado importante: ejercicios. Ahora empezaba a preparar su primer largometraje, tam­bién en super 8.
—Ah, qué bien –suspiró Paolo–. ¿Y de qué va a tratar su película?
—Todavía no lo sé –dijo Moretti–. Sólo tengo el títu­lo. Se va a llamar Yo soy un autárquico".
El texto tiene un gran arranque, un alto manejo de la intriga, una estupenda presentación de los personajes, una fabulosa puesta en escena de la perplejidad de los Tavian­ni y del desenfado impune de Moretti. Pero si Alan Pauls hubiera optado por una prosa correcta y previsible quizás hubiera escrito, por ejemplo: “Nanni Moretti conoció a los hermanos Taviani a mediados de 1976. Comenzó a trabajar como ayudante en sus películas y desde enton­ces su carrera no se detuvo”. No sólo suena distinto: es distinto. Desprovisto de su forma, el texto pierde infor­mación. Ya no percibimos el carácter tozudo de Moretti, carácter que planta, como una anticipación profética, la idea seminal de que ese hombre absurdo es, también, un genio. Desprovisto de su forma, el texto ya no dice lo que debe decir.
Y, sin embargo, tendemos a pensar que los géneros na­rrativos son más adecuados para contar la atrocidad que el cine, los muertos vivos que las artes plásticas. Todos parecemos estar de acuerdo en que se puede escribir una gran pieza de periodismo narrativo sobre Ciudad Juárez, pero no tan seguros acerca de la pertinencia de utilizar esas mismas técnicas en un ensayo crítico. Y, sin embargo, hay quienes lo hicieron.
En diciembre de 2007 la revista El Malpensante publi­có un texto firmado por el escritor colombiano Juan Ga­briel Vásquez. Se titula ‘Diario de un diario’ y versa sobre los diarios del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro. Allí, Vásquez construyó un diario propio –un diario de su lec­tura del diario de Ribeyro– para narrar un diario ajeno –el diario de Ribeyro– y, de paso, dar cuenta de la vida y de la obra de Ribeyro y reflexionar acerca de su inserción en el boom de la literatura latinoamericana. Arranca así: “Diciembre de 2007. Durante un vuelo entre Madrid y Barcelona comienzo a leer los diarios de Ribeyro, que Ri­cardo Cayuela me regaló hace ya varios meses. Nada más empezar, debo cerrar el libro. La primera anotación es del 11 de abril de 1950, y dice: ‘Tengo unas ganas enormes de abandonarlo todo, de perderlo todo’. Todavía no ha cumplido los veintiún años y ya está buscando la salida de emergencia” (...) “Nacido en 1929, es quince años me­nor que Cortázar, dos años menor que García Márquez, un año menor que Fuentes, apenas siete años mayor que Vargas Llosa. Es decir, era un estricto escritor del boom latinoamericano. Y sin embargo, poco o nada tuvo que ver con el fenómeno narrativo que estos nombres encabeza­ron. No se piensa en el boom cuando se piensa en Ribeyro. No se piensa en Ribeyro cuando se piensa en el boom”.
‘Diario de un diario’ tiene todo lo que tiene que te­ner un buen texto de periodismo narrativo: intriga, clima, tono y una estructura que tiene, a su vez, sentido: el día a día de un escritor que hurga en el día a día de otro.
En abril de 2009, la revista El Malpensante reeditó un texto firmado por el periodista y escritor argentino El­vio Gandolfo, escrito originalmente en 1986. Se titula ‘El caso Benedetti’ e intenta responder a una pregunta: ¿por qué Mario Benedetti, a pesar de sus ventas enormes y de la gran popularidad de algunos de sus poemas, rara vez es incluido en antologías de poesía latinoamericana?Para responder a esa pregunta Elvio Gandolfo incorporó en el texto a un personaje claramente ficticio, un alter ego suyo llamado Suárez, un policía. El texto arranca así: “Llovía. Una tierna lluvia de otoño circulaba desde la mañana tem­prano sobre los vidrios coloreados de la comisaría. Suárez hizo un bollo con un papel inútil y le erró al canasto, como siempre. ‘Viernes’, pensó. Caminó hasta el cesto, levantó el papel, lo tiró cuidadosamente. Volvió al escritorio. La mujer y los hijos de Suárez lo habían dejado solo ese fin de semana. Pensaba con cierto rencor en la casa vacía, las horas aburridas, el sordo odio que le daba mirar televisión, nunca lo bastante intenso como para apagar el aparato an­tes de tragar un par de horas de estupideces. ‘Me vendría bien un caso suplementario. Unos pesos’, pensó, aunque sabía que lo necesitaba más como forma de pasar el fin de semana que como refuerzo económico. (...) A las tres y media el cabo Gurméndez le avisó que tenía una llamada.
—¿Quién es? –preguntó Suárez, molesto.
—Gonçalves.
—Páselo, páselo –dijo Suárez, mientras manoteaba un cigarrillo. ‘La vida te da sorpresas’, se dijo, divertido. Gonçalves casi nunca llamaba si no era para encargarle un caso extraoficial.
Después de los saludos de rigor, de las bromas, de cier­to humor agresivo que usaban los dos desde que se cono­cieron en el entierro de Ludueña, Suárez le pregunto qué quería: estaba ocupado, pero haría lo que pudiera por él.
—Es un caso delicado, Suárez –dijo la voz parca de Gonçalves, que jamás lo tuteaba–. Hay gente, no puedo decir quién, que quiere averiguar por qué Mario Bene­detti, a pesar de sus ventas enormes y de la gran popula­ridad de algunos de sus poemas, rara vez es incluido en antologías de poesía latinoamericana”.
A partir de ese momento, Suárez se impone la tarea de leer todos los libros de Benedetti y el texto lo sigue, de bar en bar, mientras él revisa, lee, piensa en voz alta, clasifica poemas mediocres, buenos, malos, y llega a un veredicto.
El caso Benedetti tiene todo lo que tiene que tener un buen texto de periodismo narrativo: intriga, clima, tono, una estructura que tiene, a su vez, sentido: un sabueso si­guiendo las pistas de algo que sólo él puede descubrir.
El texto de Juan Gabriel Vásquez pudo ser una buena reseña de un libro de Ribeyro, el texto de Elvio Gandolfo pudo ser un buen ensayo crítico acerca de la ausencia de virtudes en la poesía de Benedetti. Pero eligieron ser lo que son: dos textos de periodismo inclasificable. O sólo clafisificable como periodismo estupendo.
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Dirán que no siempre se puede, y es verdad: no siempre se puede.
A veces no se puede porque, simplemente, sería una pe­sadilla abrir el periódico y toparse, cada día, con que todas las notas de la sección Cultura empiezan diciendo cosas como: “La mañana de junio en que el Secretario de Pla­zas y Paseos firmó la autorización para organizar la De­cimonovena Feria de las Orquídeas en el Parque Japonés, llovía”. A veces no se puede por falta de tiempo, por falta de recursos, por falta de espacio. Pero, urja o no el tiempo, azuce o no la falta de recursos, ahorque o no el espacio, a veces el empeño está puesto sólo en cumplir burocráti­camente con la información, y entonces el periodismo se transforma en una línea de montaje en la que se escribe, se imprime, se archiva y ya.
Dirán, también, que los temas culturales son percibidos como temas menos trascendentes que los que se publi­can en secciones como Política y Sociedad. No es difícil comprobar ese argumento porque hay indicadores claros: las páginas de Cultura de algunos diarios ni siquiera se publican todos los días, y los grandes premios de perio­dismo, como el de la Fundación Nuevo Periodismo Ibe­roamericano, el Ortega y Gasset, el Rey de España, el Lorenzo Natali o el Ullyses, estaban y están orientados a los reportajes duros y todos riman más con Haití que con Alfonso Reyes. En la entrega del año 2003 del premio Cemex FNPI, ‘El testamento del viejo Mile’, el ya men­cionado perfil que Alberto Salcedo Ramos hizo sobre el compositor de vallenatos Emiliano Zuleta, llegó a figurar entre los cinco finalistas y se transformó, así, en saludable mosca blanca en un universo de niños rotos por el ham­bre o desaparecidos por las dictaduras latinoamericanas.
Dicho eso, diré esto: primero, que cuando el periodis­mo se transforma en una línea de montaje en la que pri­mero se escribe, después se imprime y al final se archiva, es buen momento para empezar a pensar en dedicarse a otra cosa.
Segundo, que hay que aprender a vivir sin necesitar la mirada de los otros y que, sin dudas, es lindo ganar pre­mios, y hasta muy lindo ganar premios, y hasta precioso ganar premios, pero que no escribimos para ganar pre­mios.
Escribimos porque tenemos algo para decir.
Entonces, ahora sí, voy a hablarles de mi colección de recortes.
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No sé cuándo empezó, pero debe haber sido hace mucho porque los más viejos están muy rotos. Sea como fuere, la co­lección de recortes no está hecha sólo de páginas arrancadas a revistas y suplementos culturales, pero está hecha sobre todo de páginas arrancadas a revistas y suplementos culturales.
Hay allí columnas de dos mil caracteres que hablan de escritores muertos a los que nunca leí, artículos de cinco páginas que hablan de escritores vivos a los que admiro, textos de media página que hablan de directores de cine, cantantes pop o artistas plásticos que aún no conozco. Sólo por mencionar algunos, entre esos recortes hay un texto del escritor argentino Leopoldo Brizuela, publica­do en el suplemento cultural ADN, del diario La Nación, que habla de Amália Rodrigues, del fado y de Lisboa; un número especial que el suplemento cultural Ñ, de Clarín, dedicó a la belleza y donde, entre varios textos, hay uno de Juan Villoro sobre los dientes de Ornella Muti; varios artículos de Radar, el suplemento cultural de Página/12, en los que la argentina María Moreno habla de la crónica latinoamericana, Alan Pauls de la muerte de Fogwill, Ro­drigo Fresán de Tim Burton y Juan Forn de las extrañe­zas de escritores que, hasta entonces, siempre me habían parecido muy normales. Y así de etcétera.
Repaso a menudo mi colección de recortes y sé perfec­tamente qué es lo que hay ahí. Y lo que hay ahí no es otra cosa que un reservorio de fe y de estremecimiento.
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Hoy, por ejemplo, es martes 9 de agosto de 2011 y estoy buscando, en la pila, dos o tres artículos que se publicaron en Radar.
El primero que encuentro es del año 2006, titulado ‘El pintor de niños’, firmado por Mariana Enríquez, que ha­bla de un ilustrador llamado Mark Ryden de quien yo no había oído hablar. El artículo dice, entre otras cosas: “Allí hay una inocencia corrompida, una mirada infantil mor­bosa y una violencia latente que sugiere no sólo la extra­ñeza y la complejidad del cuerpo humano (niños bautiza­dos con sangre humana, nínfulas pálidas con un tajo en el pecho, hundidas en un baño de sangre), sino algo onírico y detallado, a la manera de Dalí, el Bosco, Brueghel (...) Ryden posee una fascinación infantil con lo asqueroso, como los niños. Sus cuadros insisten en que somos carne, pero carne que además puede leer filosofía”.
El segundo que encuentro es del año 2010, titulado ‘Crudo como el amor’, firmado por Juan Forn, que habla de Barry Hanna, un escritor de quien tampoco había oído hablar. El artículo dice, entre otras cosas: “Barry Hannah escribía tal como corcovea un cable de alto voltaje que se suelta en medio de un huracán. (...) Veinte años andu­vo Barry Hannah rodando en llamas por Estados Unidos hasta que desembocó nuevamente en Mississippi, donde algunos lo recibieron como al hijo pródigo y otros como a un demonio devuelto al remitente (...) En sus últimos quince años de vida logró incluso convertirse en buena persona sin dejar de escribir (un milagro doblemente in­frecuente: que un hijo de puta se vuelva buena gente y que conserve intacta su perfidia narrativa). Se sobrepuso a la muerte de un hijo, a un cáncer, a una feroz quimioterapia y al tedio que produce la vida a los alcohólicos recupe­rados; y así se fue convirtiendo sin proponérselo en uno de esos venerables veteranos del pánico que al Sur nor­teamericano tanto le gusta idolatrar: aquellos que sobre­viven milagrosamente al susurro en el oído de todos sus demonios sin olvidar en el camino el incendiario idioma de sus pesadillas”.
El tercero que encuentro es del año 2009, firmado por Rodrigo Fresán, titulado ‘Toda esa carne pintada’, y des­cribe una muestra de Francis Bacon, un pintor que me interesaba poco, en el Museo del Prado. El artículo dice, entre otras cosas, esto: “Me pregunto si, el próximo abril, todos esos cuadros se dejarán descolgar de todas esas pa­redes sin resistirse, sin exorcismo previo, sin aferrarse con uñas y dientes, sin lanzar alaridos asustando a majas y a meninas y a reyes y reinas. Van a tener que arrancarlos a golpes, pienso mientras arranca el tren de regreso y me digo que, por suerte, yo ya no estaré aquí para ver la as­cendente caída de la Casa Bacon”.
No importa si Mark Ryden es o no un ilustrador in­teresante, no importa si pude leer o no a Barry Hannah, no importa si soy, o no, una conversa devota de Francis Bacon. No importa el contenido de mi colección de re­cortes: importa el filamento que la une. La mano de auto­res que, con premeditación y absoluta alevosía, para bien, para mal y para todo lo contrario, escanciaron el adjeti­vo asqueroso junto a la palabra niño, dotaron a un cable de una cualidad furiosa, a unos cuantos cuadros de una voluntad demente, e hicieron todo eso no porque no tu­vieran nada mejor que hacer, sino porque sintieron, dura como un fuego, arrasadora, la fe, la profunda fe en que te­nían algo para decir.
Y quizás de eso, y de ninguna otra cosa, se trata todo esto: de estar enfermos de esa fe y de buscar, desesperada­mente, tanto en la paz como en la zozobra, las frases que puedan transformarla en estremecimiento.
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Llegamos, entonces, al principio. Y diré, otra vez, que el periodismo cultural no existe. Y diré, otra vez, qué suerte.
Porque lo único que un periodista debería preguntar­se a la hora de escribir un texto sobre el aniversario de la muerte de Rulfo no es en qué sección va a publicarlo, sino qué tiene él para decir. Sobre los aniversarios, sobre la muerte, sobre Rulfo.
Yo no necesito leer un solo artículo más sobre la Fe­ria del Libro de Frankfurt, pero siempre necesitaré que Mariana Enríquez me susurre que los cuadros de Ryden insisten en que somos carne, pero carne que puede leer fi­losofía. No necesito leer un solo artículo más sobre las fo­tos de Richard Avedon, pero siempre necesitaré que Juan Forn o Rodrigo Fresán me recuerden cuál es el idioma en llamas que braman los demonios.
Yo siempre estaré buscando, como un tigre cebado, como un lobo en la noche, los rastros de esa fe, las huellas de ese estremecimiento.
En esa fe, y en ese estremecimiento, leo.
En esa fe, y en ese estremecimiento, escribo.
Y esa fe, y ese estremecimiento, son todo lo que tengo para decir.

Este texto fue leído en el seminario Nuevas rutas para el periodismo cultural, organizado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, México, 2011, y ha sido recogido en la antología Zona de obras, de Leila Guerriero, recién publicado por la editorial Círculo de Tiza.
Fuente: Huffington Post

Facebook se perfila como amenaza para los medios de comunicación

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Mark Zuckerberg quiere suministrar diario personalizado para usuarios de la red socialLa ambición de Facebook de convertirse en un diario de informaciones personalizadas adaptado a los intereses de cada uno de sus usuarios, puede resultar un nuevo castigo para los ya sufridos medios tradicionales.
La red social ya es el principal medio de información de numerosos usuarios, señal del deslizamiento de la sociedad hacia la era digital.
El fundador del grupo, Mark Zuckerberg, declaró durante un foro a principios de noviembre que su objetivo era suministrar a través de Facebook "el diario personalizado perfecto a cada persona en el mundo".
Además, Zuckerberg señaló que los diarios tradicionales suministran la misma información a numerosos lectores, mientras que Facebook puede recortar su flujo de actualidades de acuerdo con los intereses de cada individuo, y presentar una mezcla de actualidades, acontecimientos comunitarios y novedades de los amigos y de la familia.
"Es un enfoque diferente de la información impresa", explica Ken Paulson, ex jefe de redacción del diario nacional USA Today y actual decano de la Facultad de Comunicaciones de la Middle Tennessee State University.
"No está bien ni mal, sino que es algo que los diarios tradicionales no están en condiciones de hacer", afirma.

Decisiones. En el caso de Facebook, las decisiones editoriales no dependen de un periodista, sino de un algoritmo que determina los temas susceptibles de interesar a cada persona, lo que preocupa a los periodistas.
Pero algunos especialistas de los medios reconocen que Facebook parece estar en mejores condiciones de suministrar lo que las personas esperan y de un modo más eficaz.
"Es personalizado, apropiado, extraordinariamente oportuno y eso atañe (a todos). Es más de lo que cualquier diario puede hacer", comenta Alan Mutter, exjefe de redacción de un diario regional, convertido en consultor de medios digitales.
Según Mutter, los diarios se aferran a su "antiguo" modelo económico, mientras que organizaciones como Facebook personalizan la información. Esa tendencia, añade, se acentuará, porque los lectores jóvenes desdeñan la prensa escrita y prefieren los soportes digitales y móviles.
"El motivo por el que Facebook emplea a tantos ingenieros y especialistas para tratar datos es mejorar constantemente el algoritmo. El algoritmo es más eficaz a medida que las personas lo usan", dice Nikki Usher, profesor de periodismo especializado en nuevos medios en la universidad George Washington.

Desplazados. Facebook es una fuente de información para por lo menos el 30% de los estadounidenses, y genera un tráfico importante hacia los sitios de información de los medios tradicionales, según un estudio del instituto Pew Research. Lo que le da un poder importante sobre esos medios, cada vez más dependientes de las redes sociales.
Facebook, al igual que Google y sus pares, guardan celosamente el secreto de sus algoritmos. Según los expertos, una pequeña modificación puede tener enormes consecuencias para los medios.
"Los medios intentan elaborar su estrategia adivinando el algoritmo empleado y, al final de cuentas, es una estrategia perdedora", constata Nikki Usher.
Pero con la crisis de los medios tradicionales, ¿llegarán los algoritmos a cumplir el papel del periodismo de informar a los ciudadanos?
Para Alan Mutter, lo que la gente lee podría cambiar en favor de contenidos financiados por la publicidad, patrocinados o apadrinados de manera más o menos transparente. "Lo que no sería necesariamente verdadero periodismo, sino que serían contenidos".
Paulson estima que "será difícil reproducir el alma" de la prensa escrita.
"La libertad de prensa para controlar al poder e informar está garantizada (...). Hay un ingrediente crucial del interés general que un algoritmo no puede captar", opina.
El investigador se pregunta cómo se financiará el periodismo de investigación. "Tenemos la información que nos merecemos y aquella por la que estamos dispuestos a pagar", subraya.
Fuente: AFP

La DAIA repudia pintada contra Sergio Szpolski

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“Este tipo de agresiones no contribuye a la construcción de una sociedad diversa y pluralista”, declaró el tesorero de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Mario Comisarenco, a la Agencia Judía de Noticias, quien también instó a que “estos hechos no sigan ocurriendo”. Desconocidos pintaron “Acá vive el Gobbels (sic) de Cristina” en la muralla exterior de su casa, en el barrio cerrado La Escondida
La DAIA repudió hoy, domingo, una pintada antisemita aparecida en el paredón externo del domicilio del empresario periodístico Sergio Szpolski en el barrio cerrado La Escondida del partido de Tigre, en el norte del Gran Buenos Aires.
“Este tipo de agresiones banaliza el recuerdo de la Shoá, estigmatiza y no contribuye a la construcción de una sociedad diversa y pluralista, pilares que la DAIA sostiene y con los cuales trabaja día a día desde hace 80 años”, declaró su tesorero, Mario Comisarenco, a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
Asimismo, la entidad judía “insta a la sociedad a que estos hechos no sigan ocurriendo”, agregó.
Desconocidos pintaron “Acá vive el Gobbels (sic) de Cristina” (foto), con aerosol negro, en la muralla exterior de la casa del vicepresidente ejecutivo del Grupo Veintitrés.
Fuente: Agencia Judía de Noticias

Argentina Digital: Un proyecto en manos de la reglamentación

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Por: Gustavo Fontanals
El Gobierno sorprendió con el envío al Congreso del Proyecto Argentina Digital de Ley de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC). El mismo busca alentar la confluencia de redes de telecomunicaciones fijas, móviles y satelitales para la prestación de servicios de voz, audio, video y datos en general, reconociendo la convergencia tecnológica. Para ello hace un cambio puntual a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, habilitando el ingreso de las telefónicas en radiodifusión, especialmente en TV paga (aunque, cambios mediante, no satelital).
El proyecto incorpora una serie de recomendaciones en boga: consideración de las TIC como derecho humano, declaración del uso y acceso a las redes como servicio público, obligación de neutralidad, y reconocimiento del Estado como planificador y regulador último de los servicios TIC, a ser prestados en competencia. Entre las capacidades regulatorias se establece la posibilidad de fijar tarifas, y de aplicar medidas asimétricas para la promoción de la competencia o el control del ‘poder significativo de mercado’ (obligaciones diferenciadas de interconexión y desagregación de la red local, plazos o zonas de exclusión).
No obstante, el proyecto enuncia esas medidas con generalidad, derivando sus definiciones concretas a la reglamentación posterior, por parte de una Autoridad de Aplicación a designar por el Ejecutivo. Así, se replica la principal falencia del marco normativo actual: la concentración de la capacidad de decisión de las políticas sectoriales en la cúpula del Ejecutivo, y en los intercambios coyunturales con los actores interesados. De esta forma, bien podrían concretarse las intenciones enunciadas, pero también no hacerlo. O incluso, modificarlas en adelante a discreción.
Fuente: diariobae.com

Alberto Casiano Gollan 1918 - 2014

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Alberto Casiano Gollan, nació en Rosario el 24 de febrero 1918. Fue el fundador, junto a Guillermo Strazza, Ernesto Daumas, Ramón Maidagan y Jaime Katester, de Canal 3. Más tarde consiguió la licencia de LT2 Radio General San Martín, que luego bautizaron como Radio2, Radio Cataratas, FM Vida y FM Plus. A los 90 años decidió crear Rosario3.com, el sitio web de Televisión Litoral. Presidió la la Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas. Fue intendente de la ciudad de Rosario entre el 18 de mayo de 1971 hasta el 23 de septiembre de 1971 durante la dictadura militar del General Lanusse
Su hijo Alberto Ciro Gollan dio la noticia a través de su cuenta de Facebook: " A todos mis sinceros amigos les informo que acaba de fallecer mi padre. Lo único que puedo agregar es que a un padre se lo quiere por siempre. Todo le perdono, él sabrá perdonarme a mí. En paz quedaremos por siempre, padre e hijo. Que en paz descanse mi querido papi", pidió.
Alberto Lotuf, en su programa “A Diario” dijo: “A partir de ahora nacerá el mito, nacerá el recuerdo y quedará su obra”, mencionó Lotuf.
Alberto Casiano Gollan fue el mayor de cuatro hermanos nacidos de la unión entre el Dr. Alberto M. Gollan y Ana de Larrechea.
En su matrimonio con María Beatriz Tonazzi, fue padre de tres hijos, Beatriz María, Ana Cecilia y Alberto Ciro; y abuelo de 13 nietos y bisabuelo de 21 niños.
Se inició desde muy joven en el ámbito laboral y de manera muy comprometida fue auxiliar en la Biblioteca de la Facultad de Medicina de Rosario, escribiente en la Policía de Rosario, auxiliar en el Banco de la Nación Argentina en Rosario, comprador de haciendas en el Frigorífico Swift, gerente de Tec-San SRL, gerente del Diario La Unión de Tucumán, trabajador en el obraje y explotación del quebracho de la familia Posse en Tucumán; viajante, gerente de sucursal y luego jefe de Créditos de Argentina de la empresa Alpargatas.
Fue director de Ismael Aviles SA, de Peters Hnos. S.A, director fundador de Cindor S.A., director de Lagos del Sur, Vice-Presidente de Aerotransporte Litoral Argentino (ALA), director de la empresa de aviación Austral S.A. Alberto Gollan comandó hasta sus últimos días una de las empresas más emblemáticas de la ciudad como lo es el multimedios Televisión Litoral (Canal 3, Radio2, LRH 253 Radio Cataratas, en la ciudad de Puerto Iguazú, Misiones, FM Vida, Ronda Vida, FM Plus y Rosario3).
Además Gollan fue miembro del Comité Permanente de Libertad de Expresión de la Asociación Internacional de Radio y Televisión (AIR) y participa de la Comisión Honoraria de la Fundación SITEA, (Sistema de Tele formación Avanzado) y socio de ARTEAR S.A. (Canal 13 Buenos Aires del Grupo Clarín).
Impulsó y organizó el FIAP (Festival Iberoamericano de Publicidad); fundó y presidió Galavisión (televisión por cable) en la ciudad de Rosario.
Entre sus múltiples funciones, fue Presidente de la Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas (ATA) durante 7 años consecutivos, a partir de marzo de 1965, representando a dicha entidad en la 'II Semana de Estudios Superiores de Televisión' y en la '1ª Reunión de Productores Hispanoamericana de Televisión', celebradas en Santiago de Compostela del 26 de junio al 3 de julio de 1967, y en Santander en el año 1969.
Presidió las deliberaciones de la IX Asamblea General Ordinaria de la Asociación Internacional de Radio y Televisión (AIR), realizada en Buenos Aires del 29 de mayo al 3 de junio de 1967. Presidió la Delegación Argentina a la Asamblea General Extraordinaria de la Asociación Internacional de Radio y Televisión (AIR), realizada en Quito entre los días 12 y 17 de febrero de 1968. Fue nombrado Presidente de la Comisión Permanente de Defensa de la Democracia.
Ejerció el cargo de Intendente de la ciudad de Rosario entre el 18 de mayo de 1971 hasta el 23 de septiembre de 1971 durante la dictadura militar del General Lanusse.
Comunicado de Televisión Litoral S.A.:
El Directorio de Televisión Litoral S.A. comunica con hondo pesar y profunda tristeza que el Sr. Alberto Gollan falleció en la mañana del día de la fecha en su domicilio particular.
Su familia hace saber que la ceremonia fúnebre será de carácter estrictamente privado y agradece todas las muestras de afecto y cariño recibidas en este triste momento.
Además solicitan que no se envíe ningún tipo de ofrendas florales y alientan a utilizar esos recursos haciendo una donación a alguna institución que necesite de la generosidad de la comunidad.

Historias: La inauguración del 3
"Aquélla sí que fue una aventura. No teníamos ni idea de lo que era hacer televisión. Parecía una actividad interesante y nos decidimos a ponerla en práctica. En 1957 se había lanzado una licitación para otorgar la explotación de una frecuencia en esta región del país, pero nadie se había presentado. No estaba muy claro cómo era este negocio. Teníamos alguna noción de lo que estaba haciendo [Jaime] Yankelevich en Buenos Aires, pero no mucho más”, le dijo Gollan a la periodista Susana Reinoso de La Nación.
Había que estudiar con un poco de mayor detenimiento el asunto. En 1964, se volvió a hacer la convocatoria y esa vez sí recogimos el guante", recuerda Gollan sobre cómo se gestó el canal que realizó su primera emisión en Rosario, el 20 de junio de 1965, coincidiendo con los festejos del Día de la Bandera. Las primeras imágenes, en blanco y negro, se generaban en la planta transmisora ubicada en la avenida Godoy al 8000 de esa ciudad, desde un reducido estudio de 25 metros cuadrados de superficie, donde se emitían los primeros noticieros, con la conducción de Norberto Chiabrando, Ricardo Corvá y Julio César Orselli. Al poco tiempo, el espacio físico con que contaban para la producción de programas llevó a la instalación de los estudios en la sede de la hoy Sala Municipal Mateo Booz, entonces Instituto Tráfico, en San Lorenzo al 2200. Posteriormente, en 1973 inauguraron nuevas oficinas administrativas en la calle Dorrego 1042 y estudios de trasmisión en la avenida Godoy 8100.

Sus socios 
En “La trama secreta de la radiodifusión argentina”, Ricardo Horvath recordó como obtuvo LT2 Radio General San Martín “La radio LT2 le fue otorgada a Televisión Litoral S.A. en octubre del´82 por Decreto 1.004. La firma ya poseía el Canal 3 de dicha ciudad y era integrada por Alberto Casiano Gollan, un conocido radiodifusor que además se dedica a la importación de series norteamericanas de tevé y titular de dicho canal; el empresario industrial Ernesto Juan Daumas; Carlos Leopoldo Lagos (director y accionista del diario rosarino La Capital); Jaime Katester (comerciante y ex director del desaparecido vespertino Hoy); Rodolfo P. Dianda (ex director de la aerotransportadora ALA); Manuel Luis Cansino (abogado, asesor del diario La Capital); Carlos E.R. Stein Couzier (miembro de una empresa yerbatera); Juan José Bertagni; Francisco Tonazzi; Susana Menoni de Cardozo, Antonio Rodríguez Goyanes, Alberto Olidio Meneghello; Avelino Méndez; Ernesto Carlos Daumas; Jorge Washington Lagos (Secretario del director del diario La Capital); Sady Raúl O. Trabuchi (de la Sociedad Rural de Rosario) y Roberto Montserrat (del directorio del Banco Montserrat)”, destacó Horvath.
Exultante
Más tarde, cuando se enteró que el Gobierno prorrogó todas las licencias de TV abierta, de radio y TV por cable, mediante el decreto 527/05, Alberto Gollan, “poderoso hombre de la TV rosarina, competidor de Telefónica”, según La Nación “estaba exultante”.

Descendencia
A los 90 años decidió crear Rosario3.com, el sitio web de Televisión Litoral y puso a pilotear la iniciativa a dos de sus nietos, Ignacio Méndez y Marcos Quaranta.

"Soy un defensor de la televisión local"
"Soy un luchador y un defensor de los productos televisivos locales", le dijo a Carolina Baroffio del Diario Uno de Mendoza, en marzo del 2008.
En su crónica Baroffio describió “Invitado por Daniel Vila, presidente de UNO Medios, el empresario mediático compartió un almuerzo tradicional que recreaba las costumbres de la Vendimia, la mayor celebración de los mendocinos.   
Una grata sorpresa se llevaron los demás invitados cuando lo vieron llegar. Como la periodista del canal América, Mónica Gutiérrez, quien consideró a Alberto Gollan "un referente de los medios del interior del país".
Sobre la llamada crisis de la televisión abierta, Gollan remarcó que "son etapas en las que nos vamos amoldando a las nuevas tendencias, hoy la televisión no es el único medio porque también está Internet, y ahí tenemos que estar nosotros, aggiornándonos".
Cuando habla de la televisión es como si hablara de su propia vida. "Son casi 50 años que voy a cumplir en poco tiempo, es mi hogar, es como un matrimonio que se juró amor para siempre", sostuvo Gollan con la emoción contenida en su mirada.
Hombre del "interior del interior", aseguró que su lugar para hacer televisión es lejos de la Capital Federal. "Nací en el Interior y moriré allí, no tuve ni tengo por qué hacer lo que hago en Buenos Aires. Si en Rosario también se puede hacer televisión, como en Mendoza", sostuvo.
Pero, claro está, el empresario es un gran conocedor de las mediciones de rating y de los horarios prime time que regulan el éxito de cualquier canal de TV. Es consciente de las dificultades que surgen para ofrecerle al televidente productos locales.
El factor local. Sin embargo, nunca soportó la idea de tener un canal que sólo repita la programación de señales del aire porteña. "El día que dejemos de tener programación local, como país vamos a pasar a ser nada más que una repetidora de lo que pasa en Buenos Aires. Y yo estoy en contra de eso. Siempre he peleado por la gente del interior, me he peleado con los más fuertes para darle lugar a lo nuestro. Pero si vos gritás, te escuchan", aconsejó a los jóvenes productores televisivos.
"Con tenacidad e ingenio, uno siempre consigue lo que quiere, y hay mucho por hacer para mejorar la televisión que tenemos. Por ejemplo, este espectáculo de la Vendimia tiene que estar en la televisión de Mendoza, y también deberían conocerlo en el resto de los canales del interior", concluyó Gollan en la nota del UNO Mendoza.
40 años con Néstor Kirchner y Cristina Fernández
Cuando Canal Tres cumplió 40 años el entonces presidente Néstor Kirchner concurrió a la celebración en la Bolsa de Comercio de Rosario donde se realizó un almuerzo al que asistieron 450 invitados. "Esta empresa no se vendió a pesar de la tentación económica y las presiones. Defendiendo así, con los hechos, en las buenas y en las malas, las identidades culturales de nuestra región y nuestra patria", sostuvo el presidente de la emisora, Alberto Gollan, en el discurso que inició apenas arribó la comitiva presidencial que llegó a los festejos con un par de horas de retraso, según la crónica que publicó el Diario La Nación.
"Lo vengo a felicitar en nombre del pueblo argentino. Si este hombre pudo durante 40 años difíciles tener esta empresa en pie, ahora los argentinos hemos decidido crecer y el sueño de tener un empresariado fuerte será posible, no tengo dudas", contestó Néstor Kirchner cuando le tocó hacer uso de la palabra.
Entre otras personalidades, estuvieron presentes el presidente de la República, Néstor Kirchner; su esposa, la senadora Cristina Fernández; el vicepresidente Daniel Scioli; los ministros Alberto Fernández, Julio De Vido, Aníbal Fernández; el canciller Rafael Bielsa; el gobernador santafecino, Jorge Obeid; el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz; el presidente del Concejo de esa ciudad, Agustín Rossi, gran cantidad de diputados nacionales y provinciales y el titular de la Bolsa de Comercio rosarina, Federico Boglione.
Gollan, estaba conforme con la cuota de producción propia que lograba el canal. Le dijo a Ricardo Marín de La Nación: “llega a un 30 por ciento aproximadamente de lo que ponemos en pantalla”. “Esa es una proporción justa. Es imposible por los costos producir más en este momento. Nosotros recibimos gran parte de la producción que realiza o que compra a productoras independientes Canal 13 de Buenos Aires. La porción que hacemos acá es la necesaria y suficiente para cubrir la demanda de noticias locales que damos en nuestros noticieros y un poco más de programas de entretenimientos y periodísticos. Más es imposible, el mercado hoy da para esto”, calculó Gollan.

Un pasado turbio
"Gente de la sociedad, eclesiásticos, empresarios y de la Justicia tenían contacto con el Comando", dijo el teniente coronel retirado Juan Daniel Amelong ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) de Rosario, en un juico por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, que "es un secreto a voces" la participación de civiles en el terrorismo de Estado. "Es un secreto a voces que gente de la sociedad, eclesiásticos, empresarios y de la justicia tenían contacto con el Comando", dijo Amelong.
Los dichos de Amelong fueron en la línea de la declaración testimonial que un rato antes brindó ante el tribunal el periodista y escritor rosarino Carlos Del Frade, propuesto por la Fiscalía. En su declaración, Del Frade sostuvo que "los militares son los títeres del poder económico".
"La mujer de Agustín Feced (fallecido jefe de la Policía rosarina durante la dictadura) dijo que Alberto Gollan (propietario de Televisión Litoral de Rosario) y el presidente de Acindar se reunían con Feced dos veces a la semana para analizar la marcha" del proceso, indicó Del Frade.
“El 28 de diciembre de 1976 Leopoldo F. Galtieri recibió en el Casino de Oficiales del II Cuerpo de Ejército a la prensa rosarina. Tras las palabras del General se pronunciaron Alberto Gollan de Canal Tres y Carlos O. Lagos de La Capital. “Estamos orgullosos de poder acompañar a usted y a la fuerza que representa en esta tarea en que están empeñados. Nosotros los periodistas apoyaremos siempre esta labor”, expresó Gollan, según publicó Del Frade en su libro “Matar para robar. Luchar para vivir”, Editorial Ciudad Gótica. Abril 2004.

"El Ciudadano Gollan"
En julio de 2007 el periódico "El Eslabón" publicó una nota titulada "El Ciudadano Gollan", en donde da cuenta de una denuncia judicial contra el dueño del Canal 3 de esa ciudad, Alberto Gollan, por supuestas "irregularidades" e "ilegalidades" cometidas en el manejo de Televisión Litoral SA, empresa que controla ese canal, entre otros medios. Según El Eslabón, la denuncia ("presentada por los doctores Pedro Figueroa Casas y Alberto Romano, ingresada el 7 de febrero pasado en el juzgado Civil y Comercial de la 5ª Nominación") cuestiona "las maniobras empresariales cometidas por el magnate de Canal 3, Alberto Gollan, y reseña al estilo de la novela de Orson Welles, su ascenso como gigante de los medios, 'la cadena de irregularidades' con las que el empresario intenta desplazar a sus socios y alzarse con todas las acciones del grupo, y los modos de evadir el reparto de las utilidades de uno de los pulpos multimediáticos más grandes de la región". Agregó el periódico que la acción la iniciaron los socios minoritarios de Gollan "entre los que se encuentran Claudio Katester, Desiree Katester y Ernesto Daumas", ya que se les fue negado el balance contable de la firma e información sobre "operaciones de venta" realizadas, según la demanda.
Su oposición a los cambios que impulsaba la Alianza
Alberto Gollan: "Si De la Rúa firma el decreto, Canal 3 deberá cerrar o convertirse en repetidora"
El titular de Televisión Litoral le mencionó a La Capital en 2001 que confiaba en que el presidente (de la Rúa) "no cometerá esa barbaridad". A la salida de la audiencia pública convocada por el ComFeR, en el Centro Cultural Parque España, se negó a hablar con Aire Libre, Radio Comunitaria, “Avelino (Méndez, vicepresidente de TVL) lo dijo todo, no tengo más que agregar, gracias”, dijo cuando abandonaba el lugar.
En la nota de La Capital Alberto Gollan, “habló sin pelos en la lengua sobre las consecuencias de la futura ley de radiodifusión”, editó el diario y siguió “Tanto es así que adelantó que, de sancionarse el proyecto, a Canal 3 le quedan dos caminos: "O ser una repetidora o cerrar". Además, dijo que "la ley actual es obsoleta", pero que la que está motorizando el ComFeR (Comité Federal de Radiodifusión), con su interventor Gustavo López a la cabeza, "es un avasallamiento" para los canales del interior. Sin embargo, vio una pequeña luz de esperanza en esta problemática: "No creo que el presidente (Fernando) De la Rúa firme el decreto. Confío en su equilibrio, y que no va a cometer esa barbaridad".
La ley de radiodifusión Nº22.285 surgió en la dictadura y es la que sigue vigente por estos días. Con el fin de reemplazarla, el gobierno nacional -a través del Comfer- ya tiene en trámite parlamentario una iniciativa que mueve a polémica. Es que mientras para el gobierno la propuesta intenta una federalización de los medios, de acuerdo a la óptica de la mayoría de los empresarios de comunicación del interior sólo se trata de una concentración del tratamiento de la información. Y de ser así, los nuevos canales se convertirían en meras repetidoras de Capital Federal.
Gollan, que lleva 37 años al frente de Canal 3 y del grupo de Televisión Litoral, es uno de los que se opone a la iniciativa oficial. En una entrevista con La Capital, dialogó sin tapujos sobre este tema en compañía del vicepresidente de la empresa, Avelino Méndez.

¿Qué implica la nueva ley de radiodifusión para los canales del interior?
Primero un avasallamiento de lo que son las expresiones del interior de la Argentina. O sea, el país no puede seguir así, que lo único importante sea la Capital Federal mientras las provincias están marginadas.

¿La situación es tan grave que hasta podemos hablar de reducción de personal?
Sí, y el personal de Canal 3 lo sabe. En Rosario hay dos alternativas, el mercado no da para más canales. La prueba la tiene en Córdoba, donde hay tres canales, de los cuales uno está fundido y el otro semifundido. Nosotros acá cuidamos el centavo. Yo superviso las compras personalmente, ya que no es el momento de invertir dinero si no se justifica.

¿Qué personal tiene actualmente Televisión Litoral?
Acá tenemos 150 empleados, pero hay 50 más que son independientes, y también se le agrega el personal de limpieza y de vigilancia que no depende de nosotros, pero indirectamente sí. En realidad, contando las familias de cada uno, de esta empresa comen 500 personas.

Pero, ¿ante qué escenario se encontraría Canal 3 si De la Rúa firma el decreto que habilita la instalación de más canales en el interior del país?
Acá hay dos alternativas, la primera es convertirnos en una repetidora, que estaría a cargo únicamente del personal técnico, con una manija que se sube a la mañana y se baja a la noche. O sea, dejar únicamente el personal indispensable para que salga una señal al aire y que venga por satélite. Y la otra es directamente cerrar el canal.

¿O sea que usted no descarta la posibilidad de cerrar Canal 3?
No, y es gravísimo. Le digo más, si lo primero no funciona (en referencia a ser una repetidora), después de tantos años de trabajo yo no puedo llegar a fin de mes y decirle al personal que no puedo pagar, ni llegar a un litigio porque la empresa no tiene dinero. No puedo tener gente en la calle porque no cobra. Acá hay una relación afectiva, hay gente que hace más de treinta años que está acá adentro. Tengo una relación familiar con toda la gente de la empresa.

¿Quién está atrás de este proyecto de ley que impulsa el gobierno?
Acá hay una multinacional, y no sé qué otros intereses que quieren tener una cadena donde Rosario, por ejemplo, sea un polo de venta y toda la plata se vaya a Buenos Aires.
El oficialismo argumenta que con esta nueva ley de radiodifusión habrá más posibilidades para las producciones locales independientes, y que esto generaría más fuentes de trabajo.
Es mentira, es todo mentira. Al contrario, va a disminuir el trabajo. Es más, cuando dicen que no van a poner repetidoras es un cuento. Porque al poner un canal acá, pondrán un testaferro, y será una repetidora.

¿Qué pasaría con la programación local de Canal 3?
Le puedo dar el ejemplo con "De 12 a 14". Allí trabajan 80 personas. Es un programa que lleva 18 años ininterrumpidos, y en Rosario se ve más que el programa de Tinelli (Videomatch). Y si se aprueba la ley, forzosamente "De 12 a 14" tiene que terminar.
¿Y los programas especiales del 3, como la entrega de los premios Magazine, que tiene tanta respuesta del público?
Desaparece, porque no habrá dinero ni pantalla para hacerlo.

¿Qué opina del artículo del proyecto gubernamental que propone más programación local?
Nosotros tenemos el 30 por ciento de programación local. Somos el canal que más produce en el interior. Y estamos dentro de las exigencias que pide la nueva ley. Le digo más, los canales porteños no producen. Ellos compran lo que hacen las grandes productoras y también les compran los derechos para todo el país. O sea lo amortiza todo el interior.

¿Hay un ejemplo de esta situación?
Hay muchísimos, pero uno es el caso de "El sodero de mi vida". Nosotros no podemos comprar ese programa. Se lo compra Artear (el 13) a Adrián Suar con derechos para todo el interior, y a su vez Suar lo vende en toda Latinoamérica y donde puede.

¿Cómo se financian los canales?
Con la publicidad, y si no hay publicidad no tenemos ingresos. Es lo único que hay.

¿Y entonces cuál es la salida?
Que le exijan mayor eficiencia a los medios. Que tengan las producciones que nosotros tenemos. Televisión Litoral tiene cuatro repetidoras, en El Trébol, Venado Tuerto, Rufino y Pergamino. Podemos poner cinco más, pero no lo hacemos porque las repetidoras dan pérdidas. Y la repetidora es una carga. Fíjese que ningún canal de Buenos Aires las tiene y nosotros sí.

Ahora, convengamos que la ley de radiodifusión como está tampoco puede quedar.
No, la ley actual es obsoleta. Pero en Estados Unidos para hacer la ley de radiodifusión estuvieron 15 años discutiendo. Allá se puede poner un canal en una plaza siempre y cuando sea redituables de lo contrario, no lo ponen.

¿Cree que el presidente Fernando De la Rúa va a estampar finalmente la firma en el decreto?
No sé si lo va a firmar. En realidad no creo que lo firme.

¿Por qué lo dice tan seguro?
Tuve la oportunidad de hablarlo con él en persona. Y yo confío en el equilibrio del presidente de la República. No creo que cometa esta barbaridad.

“Nuestro trabajo es comunicar; no hacer política”
Testigo y actor privilegiado de una Rosario a la que ha visto cambiar de escala varias veces en sus 95 impecables años (el famoso “¿dónde hay que firmar para llegar así...?”), Alberto Gollan sigue creyendo en los sueños, que son el motor de todo. Fundador de Canal 3, sigue comandando como hace casi medio siglo la empresa que ha crecido y es una marca registrada de Rosario.
Por: Néstor Fenoglio, nfenoglio@miradorprovincial.com
Decir que Don Alberto Gollan tiene 95 años ya alcanzaría para escucharlo hablar sin preguntar nada. Pero además este señor, de una memoria y fortaleza física increíbles, no fue mero espectador durante casi un siglo. Fue y es actor principal de buena parte de los cambios en Rosario. Ligado desde siempre con los medios de comunicación, fundó hace casi medio siglo el Canal 3 para apuntalar el nacimiento y crecimiento de la televisión en la provincia y en el país.
Gollan comanda Televisión Litoral que incluye Radio 2, Canal 3, FM Vida, Rosario3.com). Nos recibe en su despacho (con un ventanal imponente que da un parque aún más imponente, que incluye una cancha de golf), en avenida presidente Perón al 8.000, una zona que antes era “todo campo” y que ahora forma parte del crecimiento del Gran Rosario.
Don Alberto muestra una vieja hoja de almanaque: 24 de febrero de 1918. El día de su nacimiento. Así que la charla discurre aquí y allá, anárquica, casi sin preguntas: no hacen falta. Conversador nato y afable; también él pregunta de vez en cuándo. Preguntas para el interlocutor y preguntas retóricas que le sirven para continuar su relato.
En la conversación, sin intervenir casi, está su sobrino, que luego nos lleva a recorrer las instalaciones donde funcionan un canal de televisión y las radios. Y nos dice, riéndose que los análisis médicos de su tío Alberto “le dan mejor que los míos...y ¡me lleva treinta años!
A ver, hagamos un ejercicio de memoria... ¿De qué cosas se acuerda de su niñez?
Y... me acuerdo vagamente del año 1921 o 1922. Ese año nació el padre de éste (señala a su sobrino, directivo de la empresa), que nació en la misma casa que nací yo, en San Martín, entre San Lorenzo y Urquiza. Lo que más me acuerdo es después, cuando nos fuimos a vivir a una casa de calle Sarmiento entre San Lorenzo y Santa Fe. Siempre recuerdo, porque lo viví, que no había taxis. No había autos. O había muy pocos. Mi abuelo tenía un Ford T, mi padre un Chevrolet. Pero para ir de un lugar a otro la gente iba con el coche de caballo. Toc, tac, toc, tac (imita con las palmas sobre el escritorio el sonido de los cascos de los caballos) sobre el empedrado. Había tranvía. Yo me acuerdo que cuando aparecieron los primeros taxis, los mateos le pusieron taxi también a sus coches a caballo. Y aparecieron ahí los ómnibus, a los que se entraba por atrás. Yo me acuerdo patente de todo eso.
Me acuerdo de los empedrados, que hoy se mantiene, porque en muchos casos se le puso una capita de asfalto arriba y nada más. Pero todo eso venía como material de lastre de los barcos.
Yo me acuerdo también cuando empezaron a hacer el Palacio Fuentes (en Santa Fe y Sarmiento). Y después el Correo, con esas grandes vigas de hierro.
Todo esto (muestra a su alrededor) era campo-campo, chacra, quinta. De Rosario a Fisherton eran todas quintas, plantaciones de duraznos, manzanas. El puerto recibía barcos mucho más chicos que los actuales. Y se cargaba en bolsas, no a granel como ahora. Estaban los estibadores. Un barco estaba una semana cargando. Y los estibadores eran muy importantes. Había especialistas en cargar y en ubicar bien las bolsas para que el barco no se diera vuelta...

¿Y dónde estudió? ¿Qué cosas hacía de joven en los ratos libres?
Estudié primero en la escuela Sarmiento y después fui al La Salle y me recibí de bachiller en Santa Fe en la Inmaculada. El padre de Barletta, por ejemplo, era compañero mío. Rodolfito Freyre era también compañero mío. Rosario tenía 250 mil habitantes. Hoy tiene un millón y medio. Hice muchas cosas, muchos deportes. En el colegio era arquero, y después fui remero: Fui jugador de rugby, jugué en la primera de Atlético de Rosario, jugué a la paleta y luego al golf.

¿Y cuándo se interesó por la televisión?
Hacia fines del cincuenta y principios del sesenta. En la época en que traemos la televisión y ponemos esto, nadie creía que pudiera andar. Me acuerdo que cuando le comenté la idea a un posible inversionista, me dijo que yo estaba loco. Y después ese señor, que era uno de los empresarios más ricos en ese entonces, se fundió. Y nosotros acá estamos. La televisión ya era un éxito en Estados Unidos. Pero acá no la veían. Yo arranco con todo esto en el cincuenta y algo.
Pero hasta ahí había hecho muchas cosas antes. Yo he trabajado en empresas grandes. Trabajé en el Swift. Trabajé en la fábrica de alpargatas, llegué a ser el jefe de cobranzas de toda la fábrica. Yo ya tenía experiencia en negocios. Y cuando vi la cuestión de la tele me gustó. Lo que vi era una cosa del futuro. Se veía venir. Y pasa todo el tiempo. Las cosas empiezan así: alguien ve algo donde la mayoría todavía no. Las cosas cambian todo el tiempo. ¡Y lo que va a cambiar todavía!
Una vez en España iba en auto con unos amigos. Y uno me dice, “¿querés hablar por teléfono?”. Y me sacaron un celular. Yo no los había visto nunca. Era grande así (abre sus manos), un ladrillo, pero ahí estaba. A alguien se le había ocurrido y mire ahora lo que son los celulares. Yo lo sé encender y apagar. Pero lo agarra un pibe y hace de todo...

¿Cómo fue ese comienzo, entonces, en el caso de Canal 3?
Cuando nos dieron la licencia, yo era amigo de Goar Mestre, de Canal 13 y ellos me enseñaron todo. No sabíamos un pito de esto. Nos enseñaron lo que era una programación, una cobertura, todo. Y aprendimos.
En el 65 largamos. Pero ya trabajábamos desde mucho antes con la idea. La licencia fue un año antes, pero desde comienzos de la década del sesenta estábamos ya metidos en esto. Era tal el entusiasmo que tenía, que yo fui a la inauguración de Canal 13 en Buenos Aires. Usted no había nacido y usted tampoco (nos señala a mí y a José Caputto, gerente comercial de Mirador Provincial, que me acompaña). El año antes, el 64, apareció el Canal 5, se apuraron. De arranque entonces ya éramos dos canales. Nosotros esperábamos unos equipos de la Philips que venían de Europa.
Claro, todo era nuevo. Acá en Rosario no había ni un televisor. Había que esperar que la gente comenzara a comprarlos. Pero enseguida sucedió eso.
Lo que pusimos acá, en este lugar, fue el área de transmisión. Pero aparte habíamos puesto acá al principio la parte administrativa y después nos dimos cuenta de las dificultades para llegar. Todo era campo, para llegar acá había que saltar charcos, cruzar alambrados, grandes descampados...

Eligió un área -las comunicaciones- donde los cambios han sido constantes y revolucionarios. El negocio cambia día a día, aparecen nuevos actores y nuevas tecnologías todo el tiempo...
Así es. Todo cambia, todo el tiempo. Siempre estamos buscando que hay de nuevo. Es lo que hay que hacer. Ha habido épocas en que el mundo se estancó, en que pasaron largos años sin grandes novedades. Pero este siglo ha sido tremendo. Piense: yo escuché por primera vez una onda sonora a través de una piedrita galena, que se pinchaba y se escuchaba (hace una onomatopeya) “mi mi mi” y eso lo escuché yo y todavía vivo. ¡Todas las cosas que pasaron en el aire desde entonces! Nosotros transmitimos en el año 69 por coaxil y nos mandaron el alunizaje. Acá lo transmitimos. Y lo tomó Córdoba. ¿Por qué? Porque no había estaciones en el medio. Hoy día hay miles, es imposible. Está lleno de interferencias. Hoy hay incontables radios FM.

¿Cómo se llevó con la política?
Nunca me metí en política. Nunca tomamos partido. Y yo creo que debe ser así. Usted no puede ser arte y parte. Mire la campaña política actual: parte de la campaña la paga la provincia y por el otro lado, parte la paga la nación. Vienen, preguntan, el espacio vale tanto. Pagan y nada más. No nos metemos ni editorializamos. Y por eso nos hemos podido mantener. Creo que somos el único medio que sigue con la misma gente con la que empezó. Nuestro trabajo es comunicar, no hacer política. Si no, cortamos con esto y hacemos política. Pero no se puede las dos cosas.

...Sí, pero el poder tiende a querer controlar a los medios, incluso a comprarlos...
... no le digo que no. A nosotros nos quisieron comprar varias veces. Pero no quisimos. Nunca pensé en vender. Y yo mentiría si dijera que nos ha presionado algún gobierno. Ninguno vino acá a decirnos usted tiene que hacer esto o lo otro. Los conozco a todos. Pero no nos hemos metido, no es nuestro trabajo. Lo nuestro es entretener, informar; no opinar. Que opinen los demás. Con el tema del atentado contra Bonfatti, y con cualquier otro, que digan las cosas otros; nosotros, no.

Siente que le quedaron cosas por hacer... 95 años, ya es un número... (risas)
Siempre queda algo por hacer. Siempre. Hay que soñar, siempre. Si no, uno se aburre. Todo está en los sueños. Y yo me siento feliz. Sería un injusto si dijera que no estoy contento. Yo agradezco a la vida enormemente todo lo que me ha dado. Me ha dado mucho más de lo que esperaba. No digo que uno no pasa momentos feos. Pero ustedes van a ver que después nos acordamos de los buenos momentos. Y usted mismo se acuerda de cosas lindas y no feas. Seguro. Las lastimaduras se arreglan.

El Padre Ignacio
Mientras esperábamos, en la antesala, sale del despacho de Don Gollan el mismísimo Padre Ignacio. Afable, cálido como siempre, se acercó y nos saludó. Luego, nuestro entrevistado se refirió al carismático sacerdote. “Es un muy buen amigo nuestro. Es muy buena persona. El viene todos los jueves porque graba aquí. Y tomamos un café juntos y charlamos. Conversamos de muchas cosas. Es un tipo muy bien. Muy prudente, agradable. Da gusto.
Le quieren hacer notas de todas partes. Y yo bromeo con él. Le dije que me tenía dar en el testamento la exclusividad absoluta para hacer sus estampitas. Me hago millonario vendiéndolas. (se ríe).

Rosario y Santa Fe
“La ciudad de Rosario es muy linda, está muy bien. Y me siento muy rosarino. Y eso que tengo raíces santafesinas también, eh: Gollan y Larrechea son de Santa Fe. Piense que cuando todos ellos estaban en Santa Fe, siglos atrás, Rosario no existía. Mi abuela nació en Rosario. Y mi mamá también. El resto era de Entre Ríos o Santa Fe, pero de familias santafesinas. Cuando mi mamá nació acá, en rosario, había 60.000 personas, nada más. Mire ahora.
La primera vez que fui a Santa Fe, fue en auto, pero en camino de tierra. Era una huella por donde ahora va la ruta 11. ¿Sabe quién hizo esa ruta? Los demócratas progresistas. Molinas”.
El poder de Don Alberto 
En los ´80  Guillermo Strazza (hijo), titular de Cablehogar, montó una antena para en un edificio céntrico para que el viejo Canal 7 se pudiera volver a ver en la ciudad. Cuentan que por impulso de Gollan la Comisión Nacional de Comunicaciones procedió clausurar las emisiones "clandestinas" y a incautar el transmisor.

Durante la intendencia de Hermes Binner, el director de Comunicación Social de la municipalidad, Rubén Galassi lanzó desde una entrevista en el diario El Ciudadano la intención del municipio de tener una radio pública, pero esta no prosperó por la fuerte negativa del titular de Televisión Litoral, Alberto Gollán, que se lo hizo saber al propio Binner.

¿Por qué lacapital.com levantó una nota sobre el rating de la TV rosarina?
Se publicó en Señales: El jueves a mediodía LaCapital.com.ar publicó una nota llamada "Los números de la TV rosarina tras la partida de Orselli de "De 12 a 14"". La crónica desmenuza los datos de la planilla de rating de la televisión local donde Canal 3 (Televisión Litoral) pierde, y por varios puntos, frente a Canal 5 (Grupo Telefe).
Horas después "Los números..." era desaparecía de la web y en su reemplazo editan "El acuerdo nacional entre Alfonsín y Binner "definitivamente está olvidado".
En el primer piso de Sarmiento 763, sede del decano de la prensa argentina, se escuchó decir que "Don Alberto" llamó a responsable de sección para pedirle que levante esa nota, cosa que ocurrió.
Don "Google" permite que quede una versión en su memoria y también ver que otros medios la habían levantado.
"El acuerdo nacional..." solo tiene dos comentarios, el resto se dedican al tema de las partidas en Canal 3 (Julio Cesar Orselli y Luis Novaresio), la pantalla del 5 y otras opiniones sobre la TV local.
Los números de la TV rosarina tras la partida de Orselli de "De 12 a 14"
El noticiero de Canal 5 se queda con la batalla del mediodía, también a la noche "Telefé Noticias" le gana al "Telenoche" de Alberto Lotuff casi por seis puntos de rating. En tanto "Bien temprano" se impone al ciclo conducido por Sergio Roullier
Los mediodías de la televisión rosarina experimentaron grandes cambios. En "De 12 a 14", el "clásico de los mediodías" de Canal 3, se fue el "clásico de clásicos", Julio Orselli. En la vereda de enfrente, Canal 5, finalmente, cambió el horario de su programa insignia, el noticiero del mediodía, pasó de las 13 a las 12. La incógnita, la pregunta del millón era cómo iban a afectar estas modificaciones a las mediciones de la audiencia.
Al final se supo qué pasó. Ayer se conocieron los números del rating que corresponden a la segunda semana de mayo, según las mediciones de Ibope. Y el clásico tiene un ganador: "Telefe noticias", el informativo que conducen Ariel Bulsicco y Sonia Marchessi, por la pantalla del canal de avenida Belgrano. Con un promedio de unos 18 puntos de rating diarios, se ubicó segundo en el ranking, precedido por el que fue, hasta el desembarco de Marcelo Tinelli, el programa más visto de la televisión nacional, "Los Únicos", la ficción de Pol-ka.
"De 12 a 14" sufrió fuertemente la ausencia de Julio Orselli, quien hasta esta temporada había sido su conductor y la cara del programa. El magazine de noticias, en los últimos años y por motivos diferentes, había perdido a varios miembros de su equipo original, entre ellos Carlos Bermejo y Luis Novaresio. Pero el golpe que significó la partida de su hombre fuerte impactó en las mediciones de audiencia: el envío rozó los diez puntos de rating, poco más que la mitad de lo que midió su rival.
En la competencia nocturna, en la que Canal 3 apostó fuerte, ampliando a dos horas a "Telenoche", tampoco le alcanzó para ganar. El noticiero del 5, que conducen Cristián Lavallén y Gaby Peralta, con un promedio de 15,5 puntos de rating, resultó ganador. Entretanto, al canal de Alberto Gollan, que para ganar la noche armó un "dream team" con Alberto Lotuff a la cabeza, no le alcanzó. Pese al gran esfuerzo de producción, orilló apenas los 9 puntos.
La mañana también fue para el 5. "Bien temprano", el programa que Susana Rueda conduce de 7 a 9, por la pantalla de Telefe volvió a imponerse a "De 7 a 8", el envío del 3 que tiene a Sergio Roullier como mascarón de proa. Con una diferencia importante: cosechó un promedio de 6 puntos de rating, tres veces más que su rival, que promedió los 2 puntos.
La revelación de la temporada, en la que la nueva Ley de Medios le dio un nuevo impulso a la programación local, fue "Los días contados", el programa que conduce Pablo Feldman pegadito al noticiero del mediodía del 5. En su desembarco en la pantalla promedió los 15 puntos de rating. Un debut más que auspicioso.
En cambió, en la competencia el regreso de "El club del 3", que conducen Tito y Pelusa, no llegó al punto de rating, ubicándose como el programa rosarino menos visto por los rosarinos. Acaso porque el público se cansó de las payasadas.
Alberto Gollan junto al rector de la Universidad Nacional de Rosario, Darío Maiorana y el exvicerrector, Eduardo Seminara (hoy diputado Nacional del FpV)
Un caluroso fin de febrero de 2009 "le preparó un almuerzo" con empresarios a Cristina Fernández
En Punto Biz, Mariano Galíndez, escribió “La presidente Cristina Fernández se hizo un lugar ayer en su visita a Rosario para almorzar con un selecto grupo de empresarios de la ciudad.
El lugar del encuentro fue el living principal de la casa del dueño de canal 3, Alberto Gollan, y duró dos horas.
Cristina llegó al encuentro acompañada por el ministro de Planificación, Julio de Vido, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el diputado nacional, Agustín Rossi. También se sentaron en la mesa el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz.
Como anfitrión, Gollan fue el que armó la lista de empresarios invitados y, según contaron desde su oficina, el gobierno nacional no sugirió nombres ni puso reparos cuando conoció quiénes serían los comensales por el lado de los hombres de negocios.
Gollan invitó a René Francovigh (Francovigh), Manuel Rodríguez (La Virginia), Osvaldo Paladini (Paladini) y Federico Boglione (Los Lazos). También estuvieron Avelino Méndez (Canal 3) y Martín Méndez (Neoris).
Según contaron desde Canal 3, el único ausente con aviso fue el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Jorge Weskamp, que el viernes pasado (cuando se frustró por la tormenta la visita de la jefa de Estado) también había avisado que la Bolsa no iba a concurrir.
Los helicópteros de la Nación y la Provincia estacionados en el parque de la casa de Gollan y un numeroso grupo de asesores del gobierno completaron la postal del almuerzo.
Como entrada se sirvió salmón, luego se comió lomo y el postre fue un plao con frutas y helado. Se sirvió vino y gaseosas, pero lo que más se tomó fue agua mineral.
A la hora de las presentaciones en la mesa, Cristina demostró saber bien quienes eran los empresarios con los que hablaba y estaba al tanto de los negocios principales de cada uno.
Cristina casi monopolizó la charla y todas las fuentes consultadas por punto biz coincidieron en que se trató de una reunión cordial, con diálogo fluido y de trato ameno y respetuoso. Si bien se tocaron algunos temas ásperos, como el conflicto con el campo, no hubo cruces de ningún tipo.
La dinámica del almuerzo fue la siguiente: los empresarios tiraban un tema sobre la mesa (ninguno fue duro al hacer los planteos y tampoco fue de punta contra el gobierno) y la presidenta (o eventualmente alguno de sus ministros) respondía. Binner y Lifschitz metían bocadillos. Cristina también puso sobre la mesa sus preocupaciones: desempleo y situación social. Es más, le pidió a cada uno de los empresarios que cuente como está la situación laboral de su empresa.
En rigor, fue Binner el que hizo poner colorados a los empresarios ya que luego de regalarle a la jefa de Estado una canasta con productos regionales le acercó una caja de productos de Ilolay. “Te los manda desde Rafaela Alfredo Curiotti”, les dijo frente a los empresarios de la ciudad que habían caído al almuerzo con las manos vacías.
“Estos son de tu competencia y vos no trajiste nada. ¿Los como?”, le sonrió Cristina a Federico Boglione. Todos miraron a Paladini, quien prometió enviar una caja de fiambres Premium.
Si bien se habló de generalidades y no se especificó tema o aspecto puntual de algún problema, el conflicto campo-gobierno se puso sobre la mesa.
Los empresarios le pidieron a Cristina que se solucione el conflicto con el campo porque eso mejoraría las expectativas de la gente. Semejante señal de confianza, dijeron, alentaría el consumo y la inversión porque el escenario de conflicto lleva a todos a quedarse en stand by.
En ese momento, Binner metió un bocadillo y dijo que esa conducta conservadora de consumidores y empresarios se siente especialmente en Santa Fe por las idiosincracia de la gente, sobre todo en el interior.
Los empresarios también instaron a resolver el conflicto agropecuario poniendo especial énfasis en que, más allá de las medidas que se tomen, el objetivo sea que se generen las condiciones productivas para que se vuelvan a reactivar las economías regionales y los pueblos. Y alertaron sobre la llegada de más pobres a las grandes ciudades si eso no ocurre. Fue ahí cuando Lifschtiz mostró su preocupación por el aumento de las migraciones internas y el impacto que causa en la atención social que debe afrontar el municipio.
Como respuesta, Cristina dio a entender que el campo tiene que ver cómo cambia de interlocutores con el gobierno o de trato con el gobierno y aseguró que en las charlas privadas con la Mesa de Enlace se habla de una manera más constructiva, tranquila y de buena gana, pero que cuando salen a los medios los ruralistas le tiran con todo y esa agresividad, asegura, le molesta. Dejo bien en claro que mientras los dirigentes sean tan duros por la tele y hagan política desde los medios pegándole al gobierno se va a dificultar la posibilidad de un entendimiento.
En materia agropecuaria, Paladini también expuso problemas que se están generando en su sector a la hora de recibir los subsidios acordados con el gobierno.
A De Vido no hubo quien le pregunte sobre el proyecto Circunvalar, el avance de la hidrovía o las necesidades viales de accesos a los puertos, pero Francovigh lo consultó sobre el panorama energético.
El ministro contó que se está invirtiendo u$s 1 M al mes para poner en funcionamiento Atucha II, que estará operando para octubre de 2010 aportando la energía necesaria.
Francovigh y Gollan también aprovecharon para resaltarle a la presidente que no es lo mismo ser un empresario en el interior que en Buenos Aires. En ciudades más chicas, dan la cara todos los días, están mano a mano con sus empleados y la ciudad permanentemente y “tienen todos los huevos puestos en la misma canasta” haciendo énfasis en que sus intereses y negocios no están afuera.

Un oxímoron seductor y difícil de explicar
Trabajar en la diaria con Gollán era descubrir que un oxímoron no es sólo una creación literaria. Creativo, informado, siempre presente, culto y atento al progreso a veces, obsesivo hasta la terquedad y obcecado en otras
Por: Luis Novaresio
Trabajar en la diaria con Gollán era descubrir que un oxímoron no es sólo una creación literaria. Creativo, informado, siempre presente, culto y atento al progreso a veces, obsesivo hasta la terquedad y obcecado en otras. Atento a escuchar siempre pero intransigente en ocasiones, aunque se le dieran razones distintas. Cálido en su decir sin dejar de sentirse con derecho a recibir el trato de “usted” y el “don” delante de su nombre de pila.
A las 6 de la mañana llamaba para preguntarle al conductor de su radio si había leído un suelto de un diario perdido. A las 10, planteaba una reunión con sus editores para discutir desde los temas hasta los títulos de su mimado “de 12 a 14”. Paseaba por los estudios de televisión acompañando a sus invitados célebres guiándolos por sus amadas instalaciones de avenida Perón. A la noche (a cualquier hora, la verdad) cabía el llamado de teléfono para no olvidar algo de la agenda del día siguiente. Todos los días. Todos. Los lunes, siempre, había reunión a las 4 de la tarde con sus gerentes y algunos periodistas: con el irrepetible Nacho Suriani (¡años de gloria de Radio Dos!) se peleaban por la mirada de una opinión de coyuntura o por el recuerdo de un país que no terminaba de parir. Gollán fue el reflejo de “el negocio atendido por sus dueños”. En primera persona, siempre. Para bien y para mal. Hacer medios por el deseo de hacer medios. Sin intenciones secundarias. Vocación, de las que hoy no abundan.
Sabía que todos los presidentes, los gobernadores, intendentes, empresarios y personajes de la cosa pública lo habían escuchado. Sabía escuchar pero, sobre todo, se ganó el hacerse escuchar. No renegaba de lo hecho, ni siquiera de su paso fugaz por la función pública o de sus opiniones en tiempos controversiales. “Los errores, si los hubo, no se lloran. Se enmiendan”, solía decir. Se sentía en paz con eso.
Lo conocí cuando él tenía casi 70 años. Había sembrado en un campo suyo unos árboles que servirían para producir madera después de 6 lustros. Una inveterada metáfora de hacer planes hasta su último instante de fuerza. Como desafiando al tiempo. Y parecía que iba a poder. Es seguro que no lo consiguió con la inmortalidad.
No lo es menos que sobrevivirá como el recuerdo de un hombre intenso que amaba lo que hacía y que lo emprendía con una pasión que, me dijo cuando nos vimos por última vez, lo desvelaba: la utopía por un devenir mejor. Quizá otro oxímoron. Tan seductor y difícil de explicar como fue trabajar con él.

Lamentos, vía Twitter





















Fuentes: Rosario3, La Capital, Mirador Provincial, La Nación, Archivo Señales, Punto Biz

La ciudad en orden. El diario La Capital frente a la gestión municipal de Rosario en dictadura (1976-1983)

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Por: Laura Luciani, Doctora en Humanidades (mención Historia) por la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Docente en la cátedra de Historia de América III de la carrera de Historia y en la cátedra Problemática del Pensamiento Latinoamericano y Argentino de la carrera de Antropología (FHyAr, UNR)


La prensa periódica provincial durante la última dictadura militar argentina (1976-1983)

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Por: Marcelo Borrelli (CONICET-UBA)*
El impulso para la elaboración de este Dossier nace de dos causas convergentes: la necesidad de integrar en un mismo espacio una serie de trabajos sobre la prensa provincial durante la última dictadura militar argentina que a priori estaban dispersos y, en segunda medida, la convicción de que se trata de un campo de estudio aún parcialmente indagado y dentro del cual este Dossier pretende ser un aporte que indique el fecundo tramo aún por recorrerse. Esta afirmación se basa incluso en los preparativos para la compilación de los artículos; si bien en algunos casos se trata de resultados de investigaciones en curso, en otros han sido especialmente escritos para esta convocatoria. Asimismo, en la búsqueda de trabajos académicos que abordasen para esta época diarios relevantes en la historia de la prensa nacional no hemos podido hallar aportes de significación, por ejemplo, sobre La Voz del Interior de Córdoba y La Gaceta de Tucumán de la provincia homónima, ambos de destacada actuación y vasta influencia en sus provincias respectivas. Estas ausencias, por caso, señalan sin duda el camino por transitar que mencionábamos.
De todas formas, sí se ha podido organizar el presente Dossier de manera de contar con el análisis de periódicos que abarcan diferentes regiones del territorio nacional y, allende lo territorial, se trata de diarios con una tradición consolidada y fuertes lazos con los diferentes sectores de la ciudadanía local. Esto se observa al revisar sus fechas de fundación: cuatro de los diarios analizados nacieron en la última parte del siglo XIX (La Capital de Rosario en 1867; Los Andes de Mendoza en 1883; El Día de La Plata en 1884 -solo dos años después de la fundación de la ciudad- y La Nueva Provincia de Bahía Blanca en 1898), mientras que el diario Río Negro de la ciudad de General Roca (Río Negro) se publicó por primera vez a inicios del siglo XX, en 1912. El diario más “joven” de los aquí estudiados es el jujeñoPregón, nacido en 1956 pero que rápidamente se ubicó como el periódico más influyente de la provincia. Todos los diarios analizados se continúan editando, con lo cual cinco de ellos han pasado el centenario de vida en el difícil mercado de la prensa gráfica nacional.
En relación a los temas o acontecimientos que se tratan en cada uno de los artículos, hemos procurado que se diera cuenta tanto de problemáticas locales o nacionales -como de la articulación entre ambas- y que se abarcara todo el periodo dictatorial o bien ciertos sub-periodos considerados clave. Así, nos encontraremos con trabajos que indagan la línea editorial de los periódicos durante los años de 1976 a 1983 (César Arrueta y Marcelo Brunet con Pregón de Jujuy y Laura Luciani con la cuestión local en La Capital), otros que trabajan sobre sub-periodos (César Díaz, Mario Giménez y María Marta Passaro conEl Día en la transición hacia la democracia en 1982-1983; Laura Rodríguez Agüero con el diario Los Andes y la cuestión represiva en los años 1975-1978 y Ana Belén Zapata con La Nueva Provincia y la “lucha antisubversiva” desde 1975 a 1977), o quien lo hace frente a acontecimientos puntuales (Alfredo Azcoitia sobre Río Negro y el conflicto Beagle). Aunque sin pretensión de exhaustividad, la compilación que aquí presentamos sí abarca un abanico de temas cruciales del periodo dictatorial que son una sólida plataforma para el impulso de futuras investigaciones.
Entendemos que estas posibilidades de estudio sobre los medios provinciales durante la dictadura se abren en varios campos, algunos de las cuales son abordados en este Dossier y otros merecen profundizarse, a saber: cómo fue la relación de los diarios provinciales con los gobernadores militares (Canelo, 2011) y civiles durante la dictadura; qué rol cumplieron los órganos de prensa en el intento dictatorial de crear una fuerza política afín con sede en los partidos políticos provinciales más conservadores; qué relación tenían estos periódicos con los sectores dominantes de las provincias; cómo editorializaron e informaron sobre la represión teniendo en cuenta la influencia operativa de los Cuerpos de Ejército -u otros asentamientos de la Armada y la Fuerza Aérea- en cada una de las regiones del país, como también la incidencia que las organizaciones político-armadas habían tenido en la política local y la trayectoria previa de la conflictividad política y sindical en la provincia, entre otros aspectos; cuál fue su evaluación en torno a las políticas económicas de la dictadura, especialmente en lo referido a la afectación de las economías locales o regionales; de qué manera dialogaron con sus pares porteños en lo atinente a los temas nacionales y cómo respondieron ante las restricciones al ejercicio informativo, entre algunos de los temas posibles.
A continuación, junto con la presentación de los artículos que conforman este Dossier, esbozaremos algunas ideas en torno a su contribución para comprender la actuación de la prensa en la época y resaltaremos indicadores de significación para ampliar el campo de estudios de los medios provinciales durante la dictadura.
El artículo de Arrueta y Brunet analiza una selección de notas del diario jujeño Pregón durante todo el periodo dictatorial, de 1976 a 1983. Los autores lo conciben como un diario de referencia dominante de la provincia de Jujuy, característica que se observa en dos particularidades: su función legitimadora-mediática y la acción directa en la política local. La primera de ellas se refiere a la capacidad simbólica del diario de ubicarse como el representante más acabado de los valores ligados a la “jujeñidad”, por lo cual todas aquellas personalidades que quieren ejercer un rol público de importancia en la sociedad jujeña deben visitar la redacción del diario para lograr legitimarse. La segunda excede el ejercicio de la influencia con el que todo diario cuenta como actor político (Borrat, 1989) y se basa en la participación de su propietario Annuar Jorge en la política local como fundador de un movimiento político y funcionario electo para el ejercicio de diversos cargos provinciales y nacionales.
En lo relacionado a la actuación del diario durante la dictadura, los autores destacan la simpatía que su dueño manifestó por el nuevo gobierno de las Fuerzas Armadas desde el mismo golpe de Estado del 24 de marzo y que en términos generales perduró durante todo el gobierno militar. Desde 1976 a 1981 se destaca un discurso legitimante de lo actuado por el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” (PRN) para luego, ante la descomposición del poder castrense, ubicarse en una postura favorable hacia una transición democrática moderada en el periodo 1982-1983, en la que el propio diario, en tanto actor político y como desprendimiento de su función de acción directa, se adjudicó un rol relevante. De la primera etapa cabe destacar el análisis sobre la visita de Videla a la provincia en junio de 1977, donde se expresa su función legitimadora-mediática en la reunión del director de Pregón con el presidente militar. De la segunda etapa sobresale la reorientación de su línea editorial, en principio -y como ocurrió con la mayoría de los medios de prensa de la época- aparecen tímidamente las noticias vinculadas a la violación de los derechos humanos y a las huellas del terrorismo de Estado, mientras que, acompañando el giro ocurrido en la política nacional, las crónicas sobre la actividad política partidaria se revitalizan en la superficie redaccional. Su posición favorable a la restauración democrática convivirá con la reivindicación del golpe de 1976 y la demanda por una pronta “superación” del pasado conflictivo, actitud acorde con su visión política conservadora y tradicionalista.
Este trabajo nos permite enfatizar algunas cuestiones clave para el análisis de la prensa periódica en la etapa dictatorial. En principio, la cercanía de los dueños de los medios con las Fuerzas Armadas como elemento contextual fundamental para comprender su posición editorial (lo cual requiere indagar, como veremos en el trabajo de Zapata sobre La Nueva Provincia, con qué sector de las facciones castrenses en pugna se tenía un acercamiento privilegiado). En segunda medida, en torno al aspecto provincial, el peso del diario como fuente de legitimación interna y su autoarrogación como una suerte de cancerbero de las costumbres y tradiciones de “lo jujeño” es un elemento de ineludible consideración para estudiar el rol que cumplen otros medios de este tipo. Su pretendido enraizamiento con la identidad local es un capital simbólico que seguramente pocos actores de la sociedad civil pueden ostentar, y su utilización en beneficio propio y para aprobar o desaprobar la acciones de los demás sectores políticos y sociales es un factor explicativo de su posición institucional privilegiada.
El texto de Azcoitia estudia las representaciones de “lo chileno” construidas por el diario Río Negrodurante el conflicto entre Argentina y Chile por el canal de Beagle entre los años 1977-1978. El análisis se inicia en mayo de 1977, momento en que se conoció el fallo arbitral de la corona británica que favorecía a Chile en torno al litigio sobre la navegación en el canal de Beagle y la adjudicación de las islas Picton, Lennox y Nueva. El laudo abrió un periodo de incertidumbre y negociaciones donde comenzarán a incidir -en el caso argentino- las disputas internas entre las Fuerzas Armadas, con los sectores más “duros” acicateando los argumentos del nacionalismo territorialista para perjudicar una salida negociada y favorecer su posición dentro del gobierno militar y en el juego inter e intra armas (Canelo, 2008; Novaro y Palermo, 2003). Al menos hasta fines de 1977 el diario mostró una posición más optimista hacia un posible acuerdo diplomático en torno al conflicto, y en sus notas principales se manifestaron con claridad las dos visiones en pugna frente al fallo: la de los “impugnadores” y la de los “conciliadores”. Junto con esta escisión prontamente se pusieron en juego dos figuras vinculadas a la relación argentino-chilena: la de los “países hermanados” por su cercanía territorial, intercambio comercial y cultural, junto a la de la “amenaza” que en el caso argentino se basaba en la construcción de un “otro” chileno siempre presto a “mutilar” el territorio nacional. El artículo posteriormente estudia en detalle las continuidades y desplazamientos de Río Negro en virtud de la decisión del gobierno militar argentino de rechazar el laudo, de los encuentros entre Videla y Pinochet en 1978, de la posterior creación de comisiones negociadoras para resolver el litigio y de la tensión creciente entre los países frente al fracaso de esta vía que pondrá a la guerra en un horizonte inmediato -y que solo logró sortearse con la propuesta papal de una mediación-. En este devenir de acontecimientos se revela como una invariante discursiva de Río Negro su apelación a una resolución pacífica del litigio.

Algunos aspectos a resaltar. El diario cobijó la opinión de observadores que mostraron posiciones diversas y en algunos casos contrapuestas, lo cual en sí mismo es destacable en un contexto donde las pulsiones nacionalistas tendían a la homogeneización. Por otra parte, en su rol informativo el diario privilegió la preocupación por el cuidado en la relación con el país vecino y no comulgó con el nacionalismo exacerbado, belicoso y “antichileno” tan caro a los sectores más intransigentes de las Fuerzas Armadas y la opinión pública. Esto toma mayor dimensión aún cuando se tiene en cuenta que el propio Río Negro hizo saber de los titulares “alarmistas” de la prensa porteña hacia diciembre de 1978, cuando el conflicto escaló hasta su punto más álgido. Esa diferenciación del diario con la prensa nacional con sede en Buenos Aires marca una posición a tener en cuenta para quien esté interesado en estudiar la prensa provincial, porque de esa interlocución y toma de distancia con sus pares nacionales pueden desprenderse algunas consideraciones sobre su propia ubicación e identidad como medio en el mercado de la prensa gráfica. Por último, el trabajo de Azcoitia realiza un particular énfasis en las diferencias internas de las Fuerzas Armadas Argentinas que se expusieron públicamente ante el conflicto del Beagle. Se trata de una variable esencial para analizar la dictadura y, en particular, para comprender históricamente las elecciones editoriales de los medios gráficos que apostaron por alguna de esas facciones o que, sin poder obviarlas, trataron de mantener cierta equidistancia para no verse perjudicados por sus luchas, que en algunos casos adquirieron formas criminales.
El trabajo de Díaz, Giménez y Passaro presenta la política editorial del diario platense El Día durante la transición hacia la democracia, desde la derrota en Malvinas a mediados de 1982 hasta las elecciones de fines de 1983. Los autores analizan un espectro amplio de temas abordados por el diario, que van desde la actualidad de la vida política y económica hasta la situación del sindicalismo, la prensa o la educación. Aquí solo señalaremos algunos puntos sobresalientes. En primera medida, los autores describen a grandes rasgos las características del diario en el periodo 1976-1982, donde tendió a oscilar entre la crítica y el apoyo ante ciertas medidas del gobierno militar y se distinguió por su defensa de la vida político-partidaria pese al contexto dictatorial. Otro aspecto recurrente de su editorialización será la preocupación sobre el ejercicio de la libertad de prensa, tanto en la etapa de fuerte censura de la guerra de Malvinas, como ante proyectos como los de la empresa productora de papel para diarios Papel Prensa, que lo afectaba negativamente. Esta inquietud resurgirá durante la presidencia del general Reynaldo Bignone (1982-1983), quien decretó medidas de orden represivo y restrictivo para la libertad de prensa. Frente a la descomposición del poder militar pos Malvinas, El Día reforzará su discurso en favor de la pronta recuperación democrática y manifestará una marcada preocupación por la situación económica y el “intervencionismo” estatal en la materia. Ante ciertos acontecimientos ligados a la violencia política, se pondrá en posición de alerta y contrastará antagónicamente el “pasado violento” -que debía dejarse definitivamente “atrás”- con el “futuro democrático” que debía resguardarse, justamente, de la influencia negativa de aquel pasado. En consecuencia, las diversas leyes sancionadas por los militares que intentaron asegurar la impunidad de sus miembros sobre su responsabilidad en el terrorismo de Estado no merecieron la editorialización del diario. Y explícitamente le reclamó a la ciudadanía que fuera “prudente” ya que no había “culpables que castigar”, un emplazamiento restrictivo junto al cual sin embargo le indicaba que tendría un rol de “control republicano” indelegable en la democracia futura. Ante el reverdecer de la política partidaria y la competencia electoral les exigió a los dirigentes “moderación”, en lo que pareció ser una preocupación central del diario hacia el final de la dictadura. En definitiva, para El Día la consolidación de la democracia suponía no alentar antinomias ni juzgar el pasado violento, mientras se concentraba la atención de la ciudadanía en las tareas republicanas de la nueva etapa que se abría.
Uno de los puntos destacados por los autores es la importancia que exhibió en la editorialización del diario la cuestión de la libertad de prensa. No solo en el sentido de su advertencia frente a políticas comunicacionales negativas por parte del gobierno militar, sino también por su posición crítica sobre los privilegios que usufructuaron los diarios La Nación, Clarín y La Razón por su participación en Papel Prensa (Borrelli, 2011a). Este es un elemento crucial para analizar el mercado de la prensa gráfica, ya que la constitución de la empresa productora de papel produjo graves tensiones y divisiones hacia su interior, y mostró a un gobierno militar que activamente decidía favorecer a unos mientras perjudicaba a otros. También las medidas restrictivas y censoras de los militares tendieron a enajenar el apoyo de los medios de prensa y a ponerlos en posiciones defensivas. De manera que se vuelve sumamente interesante estudiar cómo fueron presentados estos temas desde los diarios provinciales, tanto por haber quedado fuera del negocio Papel Prensa como para indagar su concepción de la tarea periodística en un marco de restricciones a la libertad de prensa. Por último, del análisis de los autores se desprende el peso que tuvo en la posición del diario la demanda de impunidad para las Fuerzas Armadas, presentada además como una condición de posibilidad para la futura democracia. Esto nos llama a la reflexión sobre la legitimidad que exhibía este argumento pese a la descomposición del poder militar -sostenido por varios actores políticos, entre los que se contaban otros diarios-, como también lo hace el triunfo en las elecciones de octubre de 1983 del candidato que sostenía una posición contraria, que permite observar en cierta medida los límites de los medios para ejercer su influencia en la sociedad.
La contribución de Luciani se enfoca en el análisis de los editoriales y las cartas de lectores del diario La Capital atinentes a la gestión municipal de la ciudad de Rosario durante el periodo 1976-1983. Se trata de un diario que avaló los objetivos básicos del gobierno militar en torno al ordenamiento político, social y económico de la Argentina, así como también defendió abiertamente el “combate contra la subversión”. En esta línea, en el ámbito local apoyó con entusiasmo todas aquellas medidas de la intervención militar municipal que procuraron mantener el “orden público” con una impronta moralizadora y autoritaria-conservadora. Sin embargo, como bien detecta la autora, también su posición editorial mostró un perfil crítico en torno a la intervención militar en temas de gestión, desde la organización burocrática del municipio hasta la cuantía de un aumento del transporte público. Críticas -editoriales y de lectores- que no pasaron desapercibidas para los funcionarios militares, quienes en determinadas circunstancias le respondieron públicamente, reconociendo el peso que el diario tenía en la imposición de una agenda temática en la ciudad y como intermediario de las demandas de los rosarinos. Hacia 1981, con la asunción como intendente civil del demoprogresista Alberto Natale el diario optó por un rotundo aval, dentro de un giro editorial que impuso mayor distancia con la dictadura.
El artículo desarrolla un tema de sumo valor para estudiar la prensa provincial, como es la articulación entre la cuestión nacional con lo local. Las observaciones críticas de La Capital sobre la gestión municipal, en un marco general de apoyo a la dictadura, señalan los desplazamientos que tuvieron las políticas editoriales de los diarios hacia estos ámbitos donde podían esbozar una perspectiva un tanto más “independiente”. Aunque este desplazamiento fuera funcional al interés militar de reducir la discusión política a una mera cuestión de gestión municipal, no debe soslayarse la capacidad de estos discursos para erosionar, al menos tibiamente, la imagen de los militares como administradores eficientes de la cosa pública.
El trabajo de Laura Rodríguez Agüero nos traslada a la Mendoza de los años 1975 a 1978, para estudiar el tratamiento del periódico Los Andes a las noticias vinculadas a la “lucha antisubversiva” y a la represión en el ámbito local, que fue particularmente brutal. El arribo en 1968 a la subdirección del diario del periodista y escritor Antonio Di Benedetto es clave para comprender la actuación de Los Andes en la etapa previa al golpe de Estado. Desde 1974 operaban en la provincia bandas parapoliciales que secuestraban y mataban militantes de izquierda, mujeres en situación de prostitución o delincuentes comunes. También la policía mendocina participaba de estas acciones delictivas, en muchas ocasiones ligadas a negocios espurios. Los Andes dio cuenta tempranamente del accionar paraestatal y de las conexiones policiales con lo delitos. A partir del in crescendo represivo que se diera en todo el país a fines de 1975 -con la participación oficial de las Fuerzas Armadas en la represión desde octubre de ese año-, el diario publicará las denuncias de familiares sobre desapariciones y no cejará en su tarea periodística al buscar y publicar información sensible sobre los asesinatos y las desapariciones, incluso con los propios periodistas a la cabeza de las investigaciones. Debido a esta labor el conservador Los Andes se convirtió para muchos familiares de desaparecidos en el lugar donde radicar las denuncias. Di Benedetto pagó un alto costo por su ejercicio profesional, y el mismo 24 de marzo de 1976 fue detenido por las fuerzas militares, iniciando un periplo en la cárcel que incluyó torturas y simulacros de fusilamiento, para luego ser liberado y partir al exilio. El diario del que había sido subdirector no pidió por su libertad; más aún, mientras estaba detenido el 31 de mayo de 1976 lo dejó cesante (Gelós, 2010: 61). En sintonía con esta decisión, con el inicio de la dictadura Los Andes desistirá de publicar noticias sobre secuestros y desapariciones, plegándose a la actitud de los grandes diarios nacionales de autocensurarse en lo referido a la “lucha antisubversiva” (Borrelli, 2011b). Las escasas crónicas que informaban sobre “operativos antisubversivos” reproducían los términos de los comunicados oficiales que designaban al “subversivo” como alguien carente de humanidad. Complementariamente, el diario apoyará la visión refundacional de las Fuerzas Armadas en lo referido a la cruzada moralizadora y a la idea de que se estaba librando una guerra contra un enemigo interno en la que se disputaba la sustancia misma de la Nación.
La investigación de Rodríguez Agüero nos propone reflexionar sobre la relevancia que tenía para las Fuerzas Armadas el silenciamiento de la prensa en torno a la represión ilegal y hasta qué punto las empresas editoras tomaron la decisión explícita de no informar sobre lo que estaba ocurriendo. Lo sucedido con Di Benedetto es prístino sobre que la investigación periodística se daba de bruces con el ocultamiento y la negación que iban de la mano a la represión ilegal. Por otra parte, la actitud profesional de Di Benedetto -quien no tenía una militancia política específica- y sus colaboradores nos deben llamar la atención sobre cómo se adaptaron a un contexto sumamente difícil las trayectorias periodísticas, la ética en el ejercicio del periodismo y el apego a las prácticas ligadas al oficio. El caso de Di Benedetto seguramente se destaca por cierta excepcionalidad, cargado de una impronta ética que se revaloriza más aún observando las elecciones de quienes prefirieron la cautela u optaron por actitudes directamente reñidas con el deber profesional. En este sentido, también es un disparador para reflexionar sobre la actuación de los periodistas en la época, que lidiaron de diferentes maneras con la realidad socio-política que les tocaba vivir, así como con las empresas periodísticas en las que ejercían su labor (Muchnik, 2012; Borrelli, 2009 y 2010). Por último, tanto en este trabajo como en el de Zapata se propone un recorte temporal que abarca el fin del gobierno peronista de Isabel Perón y los años más álgidos del terrorismo de Estado, lo cual permite observar continuidades y rupturas en el tratamiento informativo de los periódicos en torno a la cuestión represiva.
En el último artículo que compone este Dossier, Ana Belén Zapata estudia la construcción del “delincuente subversivo” en La Nueva Provincia desde 1975 a 1977. La investigación de la autora adquiere una particular actualidad debido a que los estrechísimos vínculos de la familia Massot -dueña del diario- con las Fuerzas Armadas han colocado al accionar de La Nueva Provincia y sus directivos bajo investigación judicial. Su actual director Vicente Massot se encuentra imputado por delitos de lesa humanidad en una causa que investiga su responsabilidad en los asesinatos de los obreros gráficos y delegados sindicales del diario Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola en 1976 y la posible connivencia del diario con los servicios de inteligencia militar para promover “operaciones de acción psicológica”. La autora pone de relieve la consustanciación del lenguaje del periódico con el militar en lo relativo al “combate contra la subversión”, su vehemente prédica contra la “guerrilla asesina” o el “enemigo subversivo” -que debía ser “destruido allí donde se lo encuentre”- y, en contrapartida, la exaltación de los integrantes de las fuerzas de seguridad como “mártires”. Su adhesión y promoción del hálito refundacional del PRN se revela desde el titular en tapa del 24 de marzo de 1976: “Refundar la patria. Si Así lo Hiciéres que Dios os lo Premie: Si no, que os lo Demande”. Esa sentencia iniciática dejaba expuesta una cosmovisión compartida con los sectores más “duros” de las Fuerzas Armadas que la autora repasa a partir de diversas fuentes, entre las que cuentan testimonios judiciales. Otro elemento de vital importancia expuesto por la autora son las informaciones falsas sobre supuestos “enfrentamientos” que publicó La Nueva Provincia, o las fotografías de los “extremistas” que años después se comprobó fueron tomadas en sus lugares de detención clandestina. En definitiva, La Nueva Provincia es sin duda un caso paradigmático por sus vínculos con el actor militar y su actuación nos lleva a preguntarnos sobre la de la prensa gráfica en general, tanto en lo relacionado a la vinculación cotidiana con las fuerzas militares como en la verificación en su superficie redaccional de “operaciones de acción psicológica”.
Para finalizar deseamos agradecer a cada uno de los autores que respondieron de manera rápida y entusiasta a la convocatoria y tuvieron la mejor disposición durante todo el proceso de revisión de los artículos. Y, en especial, a Mirta Varela, coordinadora de la Red de Historia de los Medios, quien desde las primeras conversaciones sobre una eventual publicación ofreció un generoso apoyo para su concreción, así como también su atenta mirada ante las inquietudes que fueron surgiendo durante la organización. A través de ella hacemos extensible el reconocimiento a quienes forman parte de la Red por su labor cotidiana para dar a conocer investigaciones, fuentes y diversas contribuciones vinculadas a la historia de los medios de comunicación.

*Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Magíster en Comunicación y Cultura y Licenciado en Ciencias de la Comunicación (ambos UBA). Es Investigador Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Es profesor de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Ha publicado diversos artículos en revistas nacionales e internacionales sobre la historia de la prensa durante la última dictadura militar argentina y sobre temas vinculados a la historia reciente. Publicó los libros: Voces y silencios: la prensa argentina y la dictadura militar (1976-1983) (EUDEBA, 2011, coordinado junto a Jorge Saborido); El “El diario de Massera”. Historia y política editorial de Convicción: la prensa del “Proceso” (Koyatun, 2008) y El fundamentalismo islámico (Dastin, 2006, junto a Mercedes Saborido). Actualmente se encuentra preparando la publicación del libro Por una dictadura desarrollista. Clarín frente a los años de Videla y Martínez de Hoz (1976-1981).

Nota sobre los autores
César Arrueta es Doctor en Comunicación por la Universidad Austral y docente en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy. Es investigador del CONICET y director de la Unidad de Investigación en Periodismo, Acción colectiva y Esfera Pública. Miembro de la UNIHR-ISHIR. Docente de postgrado en universidades de Argentina y Brasil.

Alfredo Azcoitia es profesor en Historia graduado de la Universidad Nacional del Sur y se desempeña como auxiliar docente en la Sede Andina de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Es becario de la UNRN y la investigación para su tesis doctoral versa sobre el diario Río Negro y las representaciones sobre Chile.

Marcelo Brunet es Doctor en Comunicación por la Universidad Nacional de La Plata. Docente en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy. Docente de la sede Jujuy de la Universidad Católica de Santiago del Estero. Coordinador del Centro de Investigación en Comunicación de la UCSE-DASS. Miembro de la UNIHR-ISHIR.

César Luis Díaz es Doctor en Comunicación por la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (FPyCS-UNLP). Lic. en Historia (FHCE-UNLP). Profesor de grado y posgrado (FPyCS-UNLP). Director del Centro de Estudios en Historia/Comunicación/Periodismo/Medios (CEHICOPEME -FPyCS-UNLP). Autor de libros y artículos académicos. Integrante de Comités de diversas publicaciones científicas.

Mario Jorge Giménez es Profesor y Licenciado en Historia de la FHCE-UNLP. Docente e investigador de la FPyCS-UNLP. Miembro del CEHICOPEME- FPyCS-UNLP. Coautor de libros y artículos académicos. Es jurado evaluador y director de tesis de grado de la FPyCS.

Laura Luciani es Doctora en Humanidades (mención Historia) por la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Docente en la cátedra de Historia de América III de la carrera de Historia y en la cátedra Problemática del Pensamiento Latinoamericano y Argentino de la carrera de Antropología (FHyAr, UNR).

María Marta Passaro es Profesora en Historia (FHCE-UNLP). Docente, investigadora y doctoranda de la FPyCS-UNLP. Miembro del CEHICOPEME-FPyCS-UNLP. Ha publicado una veintena de artículos, participado en capítulos de libros y en jornadas y congresos. Es jurado evaluador y directora de tesis de grado de la FPyCS.

Laura Rodríguez Agüero es Licenciada y Profesora de Historia por la Universidad Nacional de Cuyo (UNcuyo). Doctora en Historia (Universidad Nacional de La Plata). Profesora en la cátedra Historia Argentina en el marco del Curso de Nivelación del Programa de Becas Escuelas Rurales y Pueblos Originarios (UNCuyo).

Ana Belén Zapata es Doctora en Historia (FAHCE-Universidad Nacional de La Plata). Docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Becaria posdoctoral del CONICET.

Repudiaron despidos y sanciones en las empresas de Daniel Vila y José Luis Manzano

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En Mendoza se realizó una manifestación en solidaridad por los despidos de trabajadores de prensa. Contra el atropello patronal a las libertades sindicales y el incumplimiento de leyes laborales. Periodistas, referentes políticos y artistas repudiaron los despidos y sanciones en medios de Daniel Vila y José Luis Manzano
Trabajadores de prensa de una multitud de medios mendocinos, referentes políticos y artistas se manifestaron este mediodía en el kilómetro cero de Mendoza en solidaridad con los trabajadores despedidos por los empresario José Luis Manzano y Daniel Vila en el diario UNO.
En la manifestación se repudió el atropello patronal a las libertades sindicales y al incumplimiento de leyes laborales, ya que los empresarios se niegan a pagar lo que dicta el Convenio Colectivo de Trabajo. Cuando los periodistas de UNO reclamaron sus derechos, la empresa los despidió.
Doce fueron los periodistas despedidos desde fines de octubre por el ex ministro menemista y su socio Vila. Los primeros cuatro fueron por reestructuración de la empresa mientras que los ocho restantes fueron despedidos como represalia contra las medidas de fuerza dispuestas en el marco de la legislación laboral para reclamar la reincorporación de sus compañeros.
Además, hubo una decena de trabajadores que fueron sancionados con suspensiones por la misma razón, que tiene como objetivo amedrentar a los empleados de las empresas del holding para evitar reacciones ante nuevos atropellos patronales.
Fotos: Coco Yañez
Fuente: ExplicitoOnLine

En las radios públicas de Mendoza
Este martes 25/11 retoman las medidas de fuerza los periodistas de las radios dependientes del Estado Nacional.
Los trabajadores de LV8 Radio Libertador, LV4 Radio San Rafael y LV19 Radio Malargüe, junto al Sindicato de Prensa de Mendoza, continúan reclamando por el cumplimiento de la escala salarial de prensa (Art. 58 del C.C.T. 17/75), ratificada por el Plenario de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza el 23 de Setiembre pasado. El martes 25, miércoles 26 y jueves 27 de Noviembre se realizará retención de tareas con lectura de un comunicado para informar a la población en torno a la situación que atraviesan los trabajadores de prensa de la provincia, y los motivos del plan de lucha.

Red PAR
Tal como lo advertimos en el documento final de nuestro IX Encuentro Nacional de la Red Par, continúa en Mendoza la precarización laboral de periodistas. Por ello, mediante el presente comunicado deseamos expresar nuestro absoluto apoyo a las compañeras y compañeros despedidos/as, suspendidos/as y acosados/as este año, tanto en medios públicos como privados. De igual manera, expresamos nuestro repudio a estas iniciativas espurias y antidemocráticas con las que se atenta la fuente laboral que da sustento a más de 40 familias de profesionales de prensa.
Que estas acciones se lleven adelante con la misma ilegitimidad e impunidad en ámbitos públicos como privados, da cuenta de cómo se encuentra desprotegido el periodismo, tanto en lo que concierne a los derechos laborales de quienes lo practicamos, como en el derecho a la información y la comunicación de todos/as los/as ciudadanos/as.
De esta manera, durante el 2014 los y las profesionales de prensa no sólo han sido precarizados/as (una realidad histórica por cierto), sino también perseguidos/as por sus afinidades ideológicas o sindicales.
En el caso de la Universidad Nacional de Cuyo, tras la asunción de las nuevas autoridades electas por voto directo, en el mes de agosto, se decidió, con absoluta arbitrariedad, “NO RENOVAR” algunos contratos de profesionales de Señal U –el canal de la Universidad- y de Edición UNCUYO –su publicación digital-. Sin ningún tipo de explicación o notificación formal, se procedió a señalar “a dedo”, quiénes continuaban y quiénes no, a sabiendas de que hacia el 2015 la situación nuevamente se tornaría inestable e impredecible. Esto se verifica efectivamente en la actualidad cuando en el canal universitario se dan a conocer de a uno las nuevas “no renovaciones” de contratos a partir del 31 de diciembre.
Por su parte, los medios privados son otro ámbito de maltrato y presiones para nuestros/as colegas. El caso más resonante por estos días ha sido la sucesión de despidos y suspensiones llevadas a cabo en el Multimedios Uno, ante el reclamo de sus trabajadores/as por el incumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo, cuya vigencia ha sido ratificada por la Corte Suprema de Justicia de Mendoza. Estas actitudes son sin dudas un explícito ataque a la libertad de expresión, la libertad sindical y el derecho a huelga, con el agravante de no acatar la conciliación obligatoria dictada por la subsecretaría de Trabajo de la Provincia la pasada semana.
Desde las radios públicas LV8, LV19 y LV4, las trabajadoras y los trabajadores de prensa también hacen oír su voz a través de un plan de lucha que es censurado por el resto de los medios de comunicación en forma corporativa. También motiva el paro por 72 horas, que hoy llevan a cabo, el incumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo 17/75 por parte de Radio y Televisión Argentina, SE.
Este ataque de las empresas mediáticas a quienes desempeñamos nuestro trabajo dignamente está dejando sin sustento a las niñas y niños que integran nuestras familias con lo cual se están violando no sólo leyes provinciales y nacionales sino también tratados internacionales de los cuales nuestro país es signatario. De esta manera, la violencia mediática se hace manifiesta no sólo a través de lo que comunican muchos de estos medios, sino también hacia sus trabajadores y trabajadoras.
Ante todo lo expuesto, como periodistas, amantes de nuestra profesión, comprometidas con una comunicación plural, respetuosa y diversa; que defendemos el derecho a la comunicación, a la libertad de expresión y a trabajar en condiciones dignas, denunciamos como RED PAR a los ámbitos públicos y privados que atentan contra el desempeño laboral de nuestros/as compañeros/as, afectando el sustento diario de nuestras familias. Nos solidarizamos y comprometemos en esta lucha que es, hoy más que nunca, de todos y todas.
Red PAR –Mendoza-
Periodistas de Argentina en Red por una comunicación no sexista

Pronunciamiento contra los despidos en UNO Medios:
La Federación Argentina de Carreras de Comunicación Social (FAdeCCoS) se solidariza con los trabajadores despedidos y suspendidos de Diario Uno y repudia enérgicamente la persecución desarrollada contra periodistas que ejercieron libremente el derecho a huelga. Asimismo, invita al Multimedios a que acate la conciliación obligatoria dictada por la Subsecretaría de Trabajo de la Provincia de Mendoza, permitiendo el ingreso de los comunicadores a sus puestos hasta tanto el conflicto tenga una resolución.
Convencidos de que este tipo de prácticas no solo violan los derechos laborales vigentes, sino las libertades de prensa y expresión, producto de la invisibilización del conflicto a la opinión pública, apelamos a la racionalidad para que Uno Medios resuelva en los ámbitos dispuestos por la autoridad laboral un conflicto que lesiona, por los derechos que se vulneran, a la ciudadanía toda.
Federación Argentina de Carreras de Comunicación Social

Argentina Digital: Las Pymes negocian más modificaciones al proyecto

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Por: Nicolás Fiorentino
Más allá de los cambios incorporados la semana pasada, en el Senado dan casi por hecho que Argentina Digital llegará al recinto con más modificaciones. Esta semana hubo y habrá reuniones entre legisladores y funcionarios del Gobierno nacional con representantes de cooperativas y pymes, que exigen mejores mecanismos para evitar que los gigantes del mercado de las telecomunicaciones establezcan una posición hegemónica que los borre del mapa. Lo que resta definir es si esas condiciones quedarán en la ley o si lo resolverá la reglamentación, a partir de las facultades que deja la ley al Poder Ejecutivo.
El tratamiento de la iniciativa, dispuesto inicialmente para hoy en la Cámara alta, fue postergado por orden de la presidenta, Cristina Fernández. Esa decisión fue un alivio para los senadores que negocian la letra chica de la ley. “El proyecto se está estudiando. Seguramente lo trataremos la próxima semana”, afirmó la senadora Liliana Fellner (foto), presidenta de la comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión. “Pero sobre las cosas que ya se han hecho, como la decisión con respecto a la televisión satelital (se prohibió a las telefónicas ofrecer televisión vía satélite) o la declaración de servicio público a la telefonía fija, no habrá vuelta atrás”, aclaró a BAE Negocios.
Una de las opciones es hacer un ajuste a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) en su artículo 30, que establece las condiciones para que las cooperativas de servicios públicos (como telefónicas o eléctricas regionales) accedan a licencias audiovisuales. El dilema es que esa ley prohibía a las grandes telefónicas entrar al negocio de la televisión, algo que Argentina Digital habilitará.
Y con, según sostienen los cooperativistas, menores exigencias que las que tienen ellos por la Ley de Medios. Por eso, hoy ven dos posibles salidas: o subir el nivel de limitaciones a las “telcos” para ofrecer triple play en Argentina Digital; o alivianar en la LSCA las condiciones a las cooperativas de servicios públicos, que empiezan a migrar en masa hacia el negocio audiovisual.
Existe una tercera alternativa: dejar la definición en la reglamentación de la ley. Pero ese es un camino que los operadores más pequeños del mercado prefieren esquivar. Ariel Fernández, presidente de la Cámara de Cooperativas de Telecomunicaciones (Catel), destacó que “la ley es buena” y que “los cambios que pedíamos de alguna forma se introdujeron, como la asimetría (para la neutralidad de las redes) o que las telefónicas no puedan dar servicio satelital”.
Pero advirtió que el proyecto sigue estando “abierto a la reglamentación que haga la Autoridad de Aplicación”. Es decir, en manos del gobierno de turno.
Otra preocupación que surgió en las cooperativas y pymes es que Argentina Digital no excluye de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) algunos servicios audiovisuales, como sí ocurre en otros países del mundo. Según señalan, se gesta así un espacio “neutral” con la Ley de Medios.
Y ofertas vía internet, como Netflix, podrían brindar una grilla de canales y programación en vivo paga sin adquirir una licencia audiovisual. “Google podría dar cable sin los límites de la Ley de Medios”, explicaron. Una de las variantes sería extraer de la ley de telecomunicaciones cualquier sistema con grilla de canales y horarios fijos y someterlos a la Ley de Medios.
Fuente: Diario BAE

Diputado "recibió instrucciones" de minera en plena sesión

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Dijo La Nación: “Un diputado de Chubut recibió pedidos de una minera durante una sesión”. Tituló Clarín: “Un sugestivo mensaje de texto para un diputado en medio de una sesión por las mineras”. Amplió Infobae: “Chubut: un legislador fue fotografiado cuando recibía instrucciones del gerente de una minera por celular”. “Escándalo: Diputado K recibía órdenes de una minera en plena sesión”, se jugó Urgente24. “Así se arregla a un político”, simplificó Yahoo Noticias
“¿Podrá corregirse un término del artículo 4? Debería decir, abarcando la región o…”, le indica Gastón Berardi (gerente de Yamana Gold) y Gustavo Muñiz, diputado chubutense por el Partido Justicialista, le responde: “después el Ejecutivo lo arregla”.
Este mensaje de texto hubiera pasado desapercibido si Eve Sureña no lo hubiera captado con la lente de su cámara en mitad de la polémica sesión donde la Legislatura provincial ninguneó la iniciativa popular contra la megaminería -presentada por vecinos de toda la Provincia- para aprobar un proyecto que avanza con la zonificación minera en Chubut.
Esta sesión hubiera pasado desapercibida para los medios de alcance nacional si el abogado ambientalista Enrique Viale no hubiera twitteado la escandalosa imagen con su correspondiente explicación: “Ayer Un diputado de Chubut en plena sesión recibiendo instrucciones del lobby minero transnacional #IniciativaPopular”.
A partir de ese momento la imagen se viralizó y el mensaje que Berardi le envió a Muñiz se leyó a lo ancho y a lo largo del país, hecho que sin lugar a dudas hizo que el diputado chubutense tuviera el mayor día de fama de su vida y hasta se viera obligado a dar explicaciones en mitad del escándalo: si bien no quiso salir al aire, el legislador confirmó a la Radio 100.1 de Comodoro Rivadavia que es él quien aparece en la foto y que recibió varios mensajes de distintos sectores, pero que el proyecto ya estaba cerrado a modificaciones.
Por si quedaba alguna duda, Muñiz fue uno de los 15 diputados que evitó tratar la iniciativa popular de los vecinos (que por ley debía ser tratada antes de hoy) y. por el contrario, dio su voto positivo al proyecto que festejaron los sectores promineros.
Una cosa es cierta: a Muñiz lo pescaron infraganti, pero nadie sabe qué esconden los celulares de los otros 14 legisladores que le dieron su bendición a la iniciativa megaminera.
Foto: Eve Sureña
Fuente: Puerta E
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